Emisión de bonos de carbono para conservar los bosques / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión


Ecuador es uno de los 17 países megadiversos del planeta. En sus bosques habitan miles de especies de mamíferos, aves, insectos, reptiles, anfibios y plantas. Lamentablemente, la deforestación de bosques nativos no se detiene. Lo más alarmante es que Ecuador tiene la mayor tasa de deforestación de América Latina en comparación con su superficie, incluso más que Brasil. En 2018 Ecuador tenía 12,5 millones de hectáreas de bosque nativo. En 1990 eran 14,5 millones de hectáreas. Las causas son la expansión de la frontera agropecuaria, la construcción de vías para explotar petróleo y minerales y la colonización.

Sin embargo, no todo es malo. Los bosques proveen de servicios ecosistémicos como la captura de CO2, gas de efecto invernadero (GEI) que causa el calentamiento global; proveen de agua y también regulan el clima. Una opción para conservar los bosques en pie y generar divisas para las comunidades aledañas y para el país, es el Pago por Servicios Ecosistémicos. Esto se puede realizar a través de la emisión de bonos de carbono. Según el Banco Mundial, para el 2020 el valor aproximado de cada tonelada de C02 capturada estará entre USD 40 y USD 50 (a pesar de que actualmente se comercializa por un precio más bajo). En 2017, los 67 gobiernos nacionales y locales que emitieron bonos obtuvieron más de USD 20.000 millones. En Ecuador ya existen iniciativas como la Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD+), marco de las Naciones Unidas que apunta a detener el cambio climático al frenar la destrucción de los bosques. Los aportantes pueden ser países, sector privado y organismos multilaterales, que pagan al Ecuador para no talar sus bosques. Los bonos de carbono representan reducciones en las emisiones de GEI para compensar las emisiones generadas en otro lugar. Esta es una oportunidad de oro para el Ecuador, ya que al poseer 12,5 millones de hectáreas de bosques y al ampliar este concepto, daría un salto cualitativo y se situaría a la vanguardia de la conservación ambiental mundial. (O)

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