El Rey en el Caribe/ Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

Luego de haber reinado por cuatro décadas, el Rey Emérito de España abandonó su país con rumbo a República Dominicana, acosado judicial y mediáticamente por haber aceptado un regalo de cien millones de euros de un rey árabe.

Juan Carlos, cuyo mayor logro es haber llevado a España a la democracia plena desde los restos del franquismo, no sólo recibió el regalo millonario sino que sesenta millones de euros le obsequió a su bella amante alemana, Corina, una célebre divorciada dedicada a las relaciones públicas al más alto nivel.

Resentida la novia, hace poco tiempo le confesó a un agente chantajista que el Rey Emérito recibió el regalo del Rey árabe como agradecimiento por haber impulsado la construcción del tren de alta velocidad de Medina a la Mecca con una empresa constructora española, con una importante rebaja en el precio del proyecto. 

La investigación por el obsequio a Corina se inició en Suiza y se proyectó hasta una cuenta en Panamá.

El Rey Emérito no está procesado. Sin embargo, se ha destruido su presunción de inocencia. Como el hecho ocurrió el 2011, cuando era Rey en funciones, goza de inmunidad y no puede ser sancionado.

En todo caso, la presión de los comunistas y de los independentistas ha llegado a tal grado que su hijo Felipe, actual Rey, ha comenzado a ser objeto de ataques. 

El viaje al Caribe, en un exilio voluntario, no tiene otro propósito que bajar la temperatura del debate. 

La historia de los reyes borbones españoles es la del exilio. El abuelo y el padre de Juan Carlos tuvieron que vivir en el exilio. Ahora le ha correspondido al Rey Emérito, en el caluroso y pintoresco caribe donde los españoles, en el siglo XVI, levantaron la primera edificación importante bajo la guía de Colón. (O)

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