El principio de incertidumbre de Heisenberg / Alejandra Sánchez Torres

Columnistas, Opinión

En 1925 Werner Heisenberg enunció el principio de la incertidumbre, por el que se le concedió el premio Nobel de Física 8 años más tarde. Esta formulación del científico alemán de 24 años de edad, establece que una partícula subatómica como un electrón, al ser observada altera su estado natural, deja de comportarse de la misma manera, por lo tanto, resulta imposible conocer todas las características de dicha partícula. Varios experimentos han demostrado la veracidad de este principio a nivel micro y macro. Heisenberg deja a un lado los principios de la física clásica en la que todo está bajo control en un laboratorio, en donde los seres humanos únicamente somos actores en un entorno, para abrir las puertas a la física cuántica en la cual las personas somos creadores, actores y observadores. Esta perspectiva permite comprender que el futuro está basado en las nuevas probabilidades, la incertidumbre y lo desconocido, no en la certeza. De ahí, el principio de la incertidumbre también se convirtió en un punto de partida esencial para comprender mejor las ciencias de la psicología que también nos permite entender un poco más nuestra compleja realidad. Los estudios han mostrado descubrimientos fascinantes, demostrando que los electrones existen como una infinidad de posibilidades o probabilidades en un campo invisible de energía. Por lo tanto, desde una perspectiva psicológica y de desarrollo personal, se puede establecer que nuestros pensamientos y sentimientos envían una señal al campo cuántico dejando una huella electromagnética. Por ende, si a nivel subatómico la energía y la materia responde a nuestra atención ¿cómo cambiaría tu vida si aprendieras a dirigir el efecto observador y a colapsar infinitas ondas de probabilidad en la realidad que deseas? ¿Serías el mejor observador de vida que deseas vivir? Las ondas de una señal son mucho más potentes cuando son coherentes, y lo mismo ocurre cuando tus pensamientos están alineados con tus sentimientos, comienza a tener un propósito claro y específico, acompañados con implicación emocional coherente. Si deseas entender más sobre esta temática puedes leer sobre el experimento de la doble rendija. “ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos las víctimas de nuestra realidad o los creadores”

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