El Ministerio del Ambiente, la transición ecológica y algunas dudas / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión

El 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Ese día, el presidente de la República, Guillermo Lasso, acudió a la comunidad Shuar de Río Limón, en Bucay, Guayas para anunciar que había firmado un decreto ejecutivo en el que se había agregado el término “Transición Ecológica” al Ministerio del Ambiente y Agua.

Lasso dijo que “la transición ecológica es conocimiento, prosperidad, empleos, salud y sobre todo fuente de una vida mejor. Es transitar hacia formas de producción circulares, inagotables, e inclusive, regeneradoras. Es crecer con industrias limpias conectadas a las nuevas tecnologías”, señaló.

Por su lado, el ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique, dijo que “la transición ecológica nos dará fuentes de empleo. Se puede vivir en una riqueza económica mientras preservamos la naturaleza”, subrayó.

Como periodista ambiental estaré atento al proceso de transición ecológica que anuncia el “Gobierno del Encuentro” ya que este concepto está presente en países como Francia, donde existe un ministerio similar y se promueven políticas de Estado para incentivar la economía circular, energías renovables, industrias más “limpias” y el concepto del carbono neutro, entre otros temas.

Sin embargo, un día después, el domingo 6 de junio, el ministro Manrique realizó varias declaraciones contradictorias a la “transición ecológica” en una entrevista conducida por Carlos Vera en La Posta. Al responder la pregunta de ¿Por qué es un negocio salvar el planeta? Manrique, empresario del sector de la consultoría ambiental con su empresa SAMBITO y ahora funcionario público que dirige a este importante ministerio, dijo que “Hay que entender que la naturaleza es la bodega y la fuente principal de donde sale toda la materia prima para producir lo que nos ha hecho posible esta entrevista. El iPad, tu traje o este vaso. ¿Cómo administraría un administrador su bodega? Si la agota, se le acaba su negocio. La Madre Naturaleza es un ecosistema que nos da recursos para agregarle valor y darte el estilo de vida que quieras tener”, dijo el ministro.

Me preocupa seriamente la visión que tiene el nuevo ministro del ambiente. Manrique ve a la naturaleza como una simple bodega que hay que administrar de manera “sostenible”, un concepto muy subjetivo, mercantil y economicista.

¿Y dónde queda el valor intrínseco del patrimonio natural, es decir la biodiversidad? Parece que Manrique valora a la “bodega”, llamada naturaleza, como una simple fuente de materia prima de recursos minerales, fósiles, madereros, genéticos e hídricos. Y que mientras haya los suficientes recursos, estará bien para perpetuar su extracción y transformación en bienes de consumo.

Parece que el ministro no está muy enterado de la política ambiental, así como tampoco parece privilegiar la conservación ambiental, opuesta al extractivismo de los recursos naturales. Manrique tiene una visión preocupante de la consulta popular en contra de la minería en Cuenca, propuesta que tuvo amplio apoyo ciudadano, de la que dijo no estar seguro si es de obligatorio cumplimiento o no.

Respecto a la explotación petrolera en el Yasuní, no dijo con claridad si se realizará o no la consulta popular y/o veeduría ciudadana para ver en qué estado está la explotación petrolera. Al ser consultado sobre la propuesta de ampliar la Reserva Marina de las Galápagos, el ministro no se mostró tan favorable, a pesar de que existen informes técnicos que recomiendan ampliarla.

Es por eso que debemos estar muy atentos ante la gestión ambiental y el otorgamiento de las licencias ambientales a mediano y largo plazo. Señor ministro, el Ecuador es y será un paraíso de la biodiversidad donde se debe favorecer la conservación y no el extractivismo. (O)

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