El cuello y sus prodigios / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión


Las cervicales son siete vértebras que forman la denominada columna cervical (cuello). Además de sostener la cabeza, encierra y protege la médula espinal e importantes nervios y vasos sanguíneos. Es única por su flexibilidad y movilidad, la flexión de la cabeza debe llegar al tórax, la rotación lateral es de 60°, y la inclinación lateral de 45°. Participa prácticamente en todas las actividades de la vida diaria (aproximadamente 600 movimientos del cuello cada hora), ya que la postura del cuello es fundamental para una correcta posición de la cabeza, por ello el dolor cervical es muy frecuente y se estima que hasta un 70% de la población lo ha padecido alguna vez. Es uno de los sistemas articulares más complicados del cuerpo humano, la extraordinaria complejidad y distribución de sus partes blandas, músculos, ligamentos, discos y nervios, hace que el dolor sea, unas veces, localizado en el cuello mismo y otras veces, que se extienda hacia los brazos, cabeza o espalda. Puede acompañarse de hormigueo, sensación de ardor desde el cuello hacia los hombros, hacia la zona interescapular, adormecimiento en los dedos de la mano, dolor en la nuca, insomnio, mareo, náuseas, etc.

Por hallarse poco protegida puede ser afectada por traumatismos (fracturas, luxaciones que pueden dañar la médula espinal y causar parálisis total), movimientos bruscos, malas posiciones o posiciones viciosas por largos períodos de tiempo (realizar las tareas escolares en la cama, dormir con almohadas muy altas o muy bajas a lo acostumbrado), posiciones laborales forzadas, choferes, cirujanos, odontólogos, costureras, etc. Las alteraciones emocionales (resentimientos, ira, frustraciones, ansiedad, depresión) provocan contractura muscular con dolor, limitación y dificultad para mover el cuello produciéndose una anormal corrección de la curvatura del cuello.

La postura es extremadamente importante, el cuello, la cabeza y la columna, tienen que estar en equilibrio en la línea de gravedad. La mala postura, el sobrepeso, cambian la estática de la columna aumentando las curvas normales lumbar y dorsal teniendo que compensarse con la inclinación de la columna cervical hacia delante. Si no recibimos un tratamiento preventivo oportuno tal vez el síntoma inicial de dolor (tipo alarma, útil), ceda espontáneamente, pero ello no significará que el problema ha pasado, la prolongada contractura muscular alterará tanto la circulación local y cerebral como el flujo energético hacia y desde la cabeza, degenerará todas las estructuras biomecánicas de la zona, desencadenando enfermedades degenerativas que provocan desgaste de las articulaciones, pinzamientos, acuñamientos y hernias discales provocando compresión de las raíces nerviosas como la artrosis, o procesos inflamatorios de las articulaciones de las vértebras como la artritis reumatoide, enfermedades que determinan rigidez y dolor cervical. Otras causas son tumores, infecciones o anomalías congénitas.

La Acupuntura, la electroacupuntura y el masaje chino por su acción analgésica y anti-inflamatoria será el tratamiento rehabilitatorio más oportuno y efectivo que acompañará a la medicación convencional, si el caso lo amerita, para recuperar periódica y secuencialmente restituyendo así la tonicidad y movilidad al cuello afectado. (O)

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