El Consabido Déficit Fiscal / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

En los últimos años la economía nacional se ha direccionado a través del manejo de una política fiscal inequitativa, de hecho la principal herramienta de la política fiscal ha sido el presupuesto general del estado, mismo que ha venido teniendo consecutivos déficits que han estropeado los objetivos sociales y han puesto en riesgo la funcionalidad del sistema económico.

Hago mención a un “Consabido Déficit Fiscal”, porque el 2018 será el décimo año consecutivo con éste estigma. El Gobierno ha manifestado que bordeará los $ 4.000 millones de déficit.
Estimados lectores, primero dejemos en claro lo que es el déficit, y en términos generales usted tiene un déficit cuando gasta más de lo que ingresa; (sentido común ciertamente); dicho de otra manera el déficit es el saldo negativo de las cuentas públicas y durante ésta última década cada año que se ha ido acumulando el déficit ha tenido que ser solventado mediante dos vías: deuda pública y/o utilizar al Banco Central para realizar prestamos al gobierno. Y esta triste historia la hemos vivido en forma recurrente en la famosa “década ganada”.

Lo de la deuda ya sabemos, el resultado es que tenemos alrededor de 60 mil millones de usd de obligaciones, una buena parte de esta contratada a corto plazo y con alto costo financiero.
Ahora la pregunta que debemos aclarar es de dónde sacó dinero el Banco Central para financiar los déficits fiscales generados en el gobierno correista.

Pues bien, los depositantes del Banco Central son las instituciones públicas, los gobiernos seccionales, y las instituciones financieras privadas. Normalmente, en condiciones de fuerte institucionalidad y seguridad financiera el Banco Central debería ser un banco de reserva independiente del Gobierno; es decir dedicarse a almacenar los recursos de sus depositantes y no utilizarlo para operaciones de crédito. Sin embargo, en el gobierno anterior el Banco Central del Ecuador se convirtió en un Banco Comercial porque ha utilizado el dinero de las reservas del sector público para realizar préstamos al Gobierno, y con esto tapar el Déficit Fiscal.
Por eso, la reforma y la prohibición al Banco Central para que financie el déficit fiscal, es un cambio estructural importante, porque tiene mucho significado.

En fin, lo más temible de un déficit fiscal es el Déficit Primario es decir la diferencia negativa entre ingresos y gastos sin tomar en cuenta el costo financiero de la deuda; es por esta razón que el gobierno nacional manifiesta que El Plan de Equilibrio Fiscal necesariamente tiende a reducir el gasto primario durante los próximos tres años hasta que éste déficit primario llegue a cero. No puede ser de otra manera, la reforma económica necesariamente deber prohibir el déficit primario en la presupuestación pública, esto con la finalidad de que el gasto social no se vea afectado. A mi entender el gasto se lo debe ajustar preferentemente un nivel compatible con el precio más bajo del petróleo.
El gobierno en su afán de buscar un equilibrio fiscal, ha hecho bien en conducir un programa enfocado en reducir el gasto público y motivar al sector productivo con la remisión tributaria; no obstante falta una estrategia integral que aborde el tema de los subsidios. En mi opinión no se trata de hacer programas rápidos, es mejor tener un programa gradual pero creíble, enmarcado en una visión de mediano plazo. Ciertamente, los desequilibrios macroeconómicos heredados del gobierno anterior tienen que corregirse pero gradualmente, no nos olvidemos que tenemos una economía dolarizada cuyo mayor problema es el ajuste del tipo de cambio real. (O)

Deja una respuesta