El clima y el petróleo / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

La multinacional petrolera Exxon ha sido penetrada, en su declive, por la corriente ambientalista. Un minúsculo grupo de accionistas logró elegir, la semana pasada, a dos ambientalistas dentro de su directorio, con el mandato de obstaculizar los proyectos petroleros, levantando la bandera de las energías limpias originadas en la luz solar y en los vientos. 

Más de un quinquenio se encuentra la petrolera en la pendiente de las oportunidades, a tal punto que fue obligada a salir del índice Dow Jones por su deplorable gestión económica, con acciones cuyo valor cayó en más del 80% en los últimos años.  Ha dejado de ser la empresa más poderosa de los Estados Unidos. Una de sus filiales, Exxon Mobil, que empleaba a unos cien mil trabajadores, actualmente no emplea a más de setenta mil. 

A 1870 se remontan los orígenes de la compañía con la pionera Standard Oil Company, que, décadas más tarde, creció bajo el liderazgo de Rockefeller. Si bien Exxon ya no es la de antes, su presencia se siente en muchos países por la sencilla razón que el petróleo todavía es la principal fuente de energía para la movilización de personas y mercancías. 

Esos dos directores ambientalistas no van a reorientar la línea de trabajo de Exxon, pero van a tener voz y opinión. La multinacional seguirá con fuerza en el mundo del petróleo y sus derivados, mientras los vehículos utilicen gasolinas. La transición recién ha comenzado, sobre todo, en Europa. Desde el 2025 anuncian algunos fabricantes alemanes que sólo producirán vehículos eléctricos.

El Ecuador tiene un gran desafío energético. La producción petrolera diaria ha disminuido debajo de los quinientos mil barriles, con lo cual también han disminuido los ingresos públicos. Para duplicar la producción, como ofreció el Presidente, será necesaria más exploración y explotación, precisamente de empresas como Exxon, con cuyos capitales y tecnologías tal aspiración sería posible. 

El país no puede eludir su compromiso de defensa del medioambiente. Allí, por cierto, radica una de las principales riquezas del Ecuador. Sin embargo, de no avanzar con proyectos petroleros, la producción se desplomaría, privándole a la economía de recursos. Colombia logró superar el dilema entre el clima y el petróleo e hizo lo que el Ecuador, por ineficiencia y corrupción, no realizó a su debido tiempo, esto es, duplicar la producción petrolera. Ahora el vecino del norte produce más de un millón de barriles de petróleo al día, cuando no producía más de cuatrocientos mil hace una década. (O)

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