Ejemplo o mal ejemplo / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Goethe lo dice en su Fausto: «Todo dan los dioses infinitos a sus predilectos, todo enteramente; las alegrías y los dolores todos, a sus predilectos, incesantemente».

Minuto 55’, en una calurosa tarde mexicana del 22 de junio de 1986, en el mítico estadio Azteca y ante más de 114. 000 personas, el astro argentino Diego Armando Maradona marcaba el mejor gol de los mundiales, denominado “El Gol del Siglo”, en los cuartos de final ante Inglaterra. Lo describe el relator uruguayo Víctor Hugo Morales.

“La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga… ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta… Gooooool… Gooooool… ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme… Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos… Barrilete cósmico… ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2 – Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona… Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2-Inglaterra 0”.

Dieguito, venido desde la pobreza, la miseria y el abandono, sin zapatillas para jugar, a muy temprana edad milita en los cebollitas y no tardó mucho en llegar a la gloria; entonces alcanza la cima y como todo genio, por su inteligencia deportiva superior, su perseverancia y un no sé qué, es considerado el mejor jugador del mundo; idolatrado por muchos y odiado por otros como todo mortal en su peregrinar cotidiano.

Bendecido por el talento y la gloria, subió vertiginosamente desde la pampa hasta las nubes.

Victima de una sociedad hipócrita y envidiosa.

Respetado por lideres espirituales, políticos, artistas, cinematógrafos, reyes, jeques, emperadores, tiranos, mafiosos, betuneros y estibadores, todos lo respetaron y lo quisieron.

Llegamos finalmente ante un Diego desesperado, que recoge los despojos de un mundo sumido en la corrupción y las Drogas, con un cuerpo y un alma torturada, sin esperanza, con pocos amigos y muchos hipócritas detractores que lo alabaron antes y ahora lo llaman despectivamente, el mal ejemplo para la juventud.

Maradona un genio, un Astro que enfermó por efecto del consumo de sustancias Ilícitas.

Un Dieguito con un espíritu enajenado por las Drogas, que terminó gobernado por su adicción, que pidió a gritos al mundo que le ayudaran, pero el mundo hipócrita solo le dio críticas y ofensas.

Una sociedad mojigata que pide que un astro del fútbol sea el ejemplo de la juventud, a la falta de los padres, la sociedad y las familias que deberían serlo.

“Porque se equivoque uno no puede pagar el football, Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”

Dios le tenga en su Gloria Diego Armando Maradona, hasta siempre. (O)

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