Octubre de luto / Editorial

Editorial


    Ha transcurrido un año del atroz paro de octubre de 2019 que, por ahí, ciertos sectores salieron beneficiados y, en distintas plataformas digitales, hacen alusión a una victoria política, cuando la realidad fue otra y las pérdidas económicas resultaron nefastas para el sector público y empresarial; no se diga el daño a los bienes públicos y privados. 

   No hubo ningún ganador de esta revuelta violenta, solo la proliferación de grupos anarquistas que, disfrazados e infiltrados, provocaron caos y pánico en la población, yéndose contra medios de comunicación, incendiaron la Contraloría General de Estado, entre otras acciones, financiadas por políticos que se encuentran procesados, por haber participado indirectamente en estos disturbios.

   Da pena y es reprochable leer por parte de ciertos dirigentes políticos que, la acción de parar la economía, cerrando carreteras y negocios, justificó de manera audaz y obligada al poder ejecutivo la derogatoria del decreto 883, que eliminaba el subsidio a los combustibles.

  No, eso no es así líderes “políticos”. El paro de octubre fue una vergüenza a nivel nacional e internacional que, en estos momentos con las pérdidas económicas por la pandemia del Covid – 19, si no se hubiera dado, estaríamos con ahorros resistiendo la crisis económica y sanitaria.   

  No se puede negar que también existió represión policial; sin embargo, el nivel de violencia en calles, tenía que controlarse de cierta manera, ya que, los saqueos y robos fueron vandálicos, detrás de esta revuelta que marcó un resentimiento y una división de clases más evidente en el país.  

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