Acuerdo con México / Editorial

Editorial

Preocupación ha generado, en el sector productivo local, el acuerdo comercial con México, por el legítimo temor que sean afectadas actividades económicas de elaboración de productos, como el calzado, la metalmecánica y las carrocerías.

Un acuerdo comercial conlleva, en esencia, la reducción de los aranceles y otros tributos al ingreso de productos. En tal virtud, los productos mexicanos ingresarían al Ecuador sin pagar los actuales aranceles y, de ese modo, competirían directamente con los productos locales, cuyo costo sea mayor por varias razones, entre ellas, los altos costos laborales y de las materias primas, además de las tasas de interés y los tributos también elevados.

En todo caso, en los acuerdos comerciales debidamente negociados se suelen incluir claúsulas para proteger la producción local durante un tiempo. Nada se conoce sobre ello en el Acuerdo comercial con México.

La misma preocupación ha generado el eventual Acuerdo del Pacífico con el que ingresarían al país productos de origen chino a precios tan bajos que podrían en peligro a la producción local.

Una de las bondades de los acuerdos comerciales es el beneficio que recibe el consumidor al acceder a productos más baratos. En cambio, una de las mayores amenazas es la pérdida de negocios locales con la consecuencia del desempleo. (O)

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