Economía circular / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

Es preocupante la contaminación que existe a nuestro alrededor, y en consecuencia hay mucha información al respecto, considerando que los investigadores han pasado las últimas décadas diagnosticando y midiendo los niveles de polución. Cada segundo que pasa, las ciudades producen toneladas de desperdicios perjudicando al ambiente, incluso astutamente esquivan la ley, atentando contra la salud de la población y de las futuras generaciones.

Al igual que las plagas; los humanos destruyen, devoran y ensucian todo lo que encuentran en su camino, ¡están matando al planeta! Esto debe terminar, es momento de actuar como sociedad.

Tradicionalmente los sistemas de producción fueron concebidos con la finalidad de crear productos, los mismos que al terminar su vida útil, el único destino es desecharlos. Este modelo se traduce en “extraer, producir, desperdiciar”. Un esquema productivo que no es sostenible en el tiempo, dado que los materiales y materias primas no son infinitos, de modo que los rellenos sanitarios están colapsando.

La economía circular es una solución viable que rompe los paradigmas que han sido impuestos desde la génesis de la revolución industrial (comprar, ocupar y desechar). Este patrón hegemónico, administrado por las grandes empresas que solo tienen el interés de vender sin preocuparse del daño ambiental ocasionado por sus procedimientos o de la disposición final de sus desperdicios, es totalmente aceptado por una sociedad consumista y hedonista.

En la naturaleza, la creación y regeneración envuelven perfección, lo que ha inspirado a la propuesta de la economía circular donde su principal objetivo es minimizar los residuos aplicando diferentes estrategias para evitar los desechos. Es así que, al reciclar, reparar, reutilizar, retornar, renovar logramos regenerar procesos de manufactura dando un uso más eficiente a los recursos, reduciendo las consecuencias medioambientales y ahorrando dinero para los empresarios. “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes” (Confucio). (O)

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