Dos cosas hay infinitas… / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Hay por ahí un video que muestra a un grupo de gente en la cima de una montaña a quienes se los identifica plenamente. Poco a poco el zoom de la cámara va alejándose hasta fijar la imagen a varios kilómetros de distancia, tanto, que en un momento dado la misma montaña llega a ser inidentificable; es decir, resulta increíblemente impresionante descubrir el trabajo de una lente tan potente que permite un acercamiento a tan larga distancia y con una casi perfecta resolución.

Si eso le estremece, imagínese ahora tomar una fotografía a un objeto ubicado a 50 millones de años luz de distancia, a un agujero negro en el espacio sideral del que hasta hace sólo una semana atrás, la ciencia únicamente podía simularlo gráficamente, hoy, este imposible, acaba de convertirse en una deslumbrante realidad visual. Y para no abundar en detalles diré que las diferencias técnicas, científicas e instrumentales entre las dos fotografías son igual de abismales, y a las que tal vez nos dedicaremos en algún otro momento.

Me valgo de este nuevo logro de la ciencia para ratificar una vez más que el nivel de genialidad y perseverancia del ser humano es infinito, pero a la vez también confirmar que lamentablemente muchas veces los niveles de cinismo, sinvergüencería y corrupción del mismo ser humano pueden llegar a cifras iguales en proporción.

En octubre del año pasado (hace siete meses), el exhombre fuerte de Correa, Ricardo Patiño, no pudo ser más claro y evidente en el delito de “instigación” al ser grabado en video convocando a los militantes correistas a tomarse las instituciones públicas y cerrar carreteras, pasando del enfrentamiento pasivo a la lucha combativa. Frente a eso, nada hay que decir, el delito es un hecho. Sin embargo, Patiño en su “infinita” desvergüenza se dice perseguido político -guardando a pie juntillas el mismo discurso del resto de prófugos correistas-. Pero hay algo en particular que eleva años luz su cobardía y descaro, él dijo textualmente en ese discurso: “…no les tenemos miedo (…) que nos cojan presos carajo, no les tenemos miedo” pero salió huyendo antes que ser apresado. Días después, desde la clandestinidad dijo que había salido del país “con la frente en alto”, sí, lo dijo quien huyó por Huaquillas.

Por todo eso, cabe como anillo al dedo la frase del célebre Albert Einstein: “Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo”; aplicado, en este caso, tanto para corruptos como para quienes los defienden. (O)

Mail: mariofernandobarona@gmail.com

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