Docentes inspiran a niños con enfermedades

Ciudad
Niños aprenden y se motivan, a pesar de sus enfermedades. (Foto El Heraldo)


El “Modelo Nacional de Gestión y Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria” permite que los estudiantes reciban Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria como una política pública que reconoce a los estudiantes en situación de vulnerabilidad.

Estas aulas se implementan en hospitales de segundo y tercer nivel de la Red de Salud Pública y Privada, en hospitales que tengan personas en edad escolar de tres a 18 años, CETAD y Casas de Acogida y en hospitales con diferentes servicios y patologías. También visitan domicilios de estudiantes que requieren reposo médico prolongado.

Para la docente Nancy Ortega, ganarse la confianza de sus alumnos se logra con constancia. “Se podría decir que en un 50 por ciento, les ayudamos a superar sus problemas sean intrafamiliares o de índole biológica, logrando o haciéndoles entender a los niños que este proceso que están pasando aquí dentro  del hospital es transitorio y que poco a poco ellos irán superando”, comentó. 

Además, la docente destacó que con la ayuda de la parte  médica y de las educadoras, se logra con satisfacción que los niños y adolescentes se sientan contentos.

“Cuando han venido del departamento del DECE, o sus profesores tutores a visitarlos, ellos se sienten seguros, se sienten queridos; se podría decir que, desde su unidad educativa están pendientes de la situación que ellos están atravesando.   Y también, porqué no resaltar que una de mis mejores experiencias como docentes es cuando les digo a los niños que las pruebas (de diagnóstico del parcial o del quimestre) están aquí y vamos a realizar con ellos, se sienten emocionados”, añadió.

La estudiante Monica Tituaña comentó que le gusta estar en el hospital. “Me he sentido deprimida, pero la profesora del Aula Hospitalaria me motiva y ha sido de gran ayuda para mi recuperación, dónde me he distraído realizando actividades escolares y realizando manualidades como por ejemplo una rosa”, contó.

En el Caso de Ingrid Tubón, el permanecer en el hospital ha traído como beneficio aprender algunas cosas gracias a su docente. “Aprendí a ser paciente, ordenada y responsable”, dijo.  (I)

ELIZA 702


Deja una respuesta