Disturbios en centro de Quito, ayer

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Policías intentan controlar una manifestación este miércoles, en el centro de Quito (Ecuador). (Foto EFE)

Quito,  (EFE).- El casco colonial de Quito fue escenario ayer de violentos choques y cargas policiales para dispersar a miles de manifestantes del sector indígena, jóvenes y obreros que secundaron una movilización nacional contra el presidente, Lenín Moreno, y las medidas económicas de su Gobierno.

Al grito de «¡fuera Moreno fuera!» y «el pueblo unido jamás será vencido», la multitud indígena inició una marcha poco antes del mediodía en el parque de El Arbolito y se sumó a otra de sindicatos en la Avenida 10 de Agosto, que confluyeron en una marea humana hacia la ciudad vieja de la capital.

El objetivo de los manifestantes era a toda cosa acceder a la Plaza Grande y el aledaño Palacio de Carondelet, sede del Gobierno, pero el trazado colonial en cuadrícula que emana desde ese lugar estaba reforzado por diferentes cordones de seguridad, y en cada esquina había una numerosa presencia policial detrás de grandes vallas, que en algunos casos, eran reforzadas con alambrado de espinas.

Las órdenes de las fuerzas de seguridad eran impedir el acceso de los movilizados al emblemático edificio de la Presidencia ecuatoriana, pero a medida que los concentrados se iban acercando se producían forcejeos con los efectivos policiales.

La marcha la encabezaban por movimientos indígenas, aunque a ella se sumaron diferentes grupos sociales, que intentaban romper el cerco en su avance, en general de manera pacífica, según habían pedido sus dirigentes, y en algunos puntos lo lograron mientras los uniformados observaban transcurrir la procesión que aplaudía.

Con las manos en alto, haciendo sonar bocinas y ondeando banderas tricolores de Ecuador, los manifestantes se aproximaban a las vallas, y las fuerzas del orden les decían, a través de altavoces, que desistieran de acercarse y de provocaciones.

En algunos puntos hubo intensas cargas policiales como en la Plaza del Teatro, situada a medio kilómetro de Carondelet, o en la de Santo Domingo, a menor distancia, que se convirtieron en escenario del disparo masivo de gases lacrimógenos y pimienta, que hacían retroceder a los movilizados, que volvían a la carga.

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