Distractor mundial / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

Empezó el Mundial de la FIFA, algunos aficionados no quieren perderse ningún partido, aunque hay un grupo de ciudadanos a quienes no les interesa el fútbol. Los cierto es que, mientras vemos las noticias de Qatar, se desvía la mirada de lo que pasa en el país.

En el Mundial Argentina 1978, el campeonato conseguido por el país anfitrión fue aprovechado por la dictadura para cubrir desapariciones forzadas. En 1985, en Colombia, la Ministra de Comunicaciones, dispuso la transmisión de un partido del campeonato local durante la toma del Palacio de Justicia. El mundial organizado por Brasil el 2014, fue criticado de forma severa por el gasto exuberante para un país con tanta inequidad económica. El fútbol puede ser un gran distractor.

Aun así, lo que pasa en Qatar, no puede distraernos de lo que sucede en el país. La política está presente en todas las decisiones que se toman a diario. No se trata de un interruptor que se prende o se apaga cada vez que hay mundial.

Casi en los “tiempos adicionales”, hablando hablando en términos deportivos, a las 11h59 del 18 de noviembre, la Asamblea sacó tarjeta roja y expulsó a cuatro miembros de la mayoría del Consejo de Participación Ciudadana: Hernán Ulloa, María Fernanda Rivadeneira, Ibeth Estupiñán y Francisco Bravo. Los votos aparecieron desde el movimiento correísta UNES, los social cristianos y los rebeldes de Pachakutik y la Izquierda Democrática.

Los expulsados, no conformes con la decisión del árbitro pidieron la revisión del “VAR” y a través de una acción de protección, aceptada por un juez, se echó abajo la decisión de la Asamblea. Sin embargo, el Legislativo no acatará la resolución judicial, porque considera que se trata de una injerencia externa dentro de su ámbito.

El Legislativo pretendió sustituir a los consejeros expulsados con nuevos jugadores, pero la banca de suplentes estuvo vacía. La sesión 816 del pleno de la Asamblea se instaló con la finalidad de posesionar a los nuevos integrantes del Consejo de Participación Ciudadana, sin contar que Mónica Moreira, Karina Ponce, Carlos Figueroa y Jaime Chugchilán, que tiene una orden de captura por un presunto delito de estafa, no asistirían a la convocatoria.

Resulta imposible ignorar los temas fundamentales mientras nos distraemos con el fútbol. Mucho más, si la clase política ecuatoriana, salvo honrosas excepciones, que seguramente existirán, no deja de ofrecernos un bochornoso espectáculo diariamente.

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