Diez años de disrupción/ Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

¿Tan triste iba a ser el futuro en el 2030? ¿Con todas las familias hablando solo por Zoom o Facetime y sin que nadie salga de su casa? Bueno, no seamos pesimistas. Esto es por la pandemia. Pero lo cierto es que, según los expertos, en cuestión de tres meses el mundo avanzó diez años en la digitalización. Vivimos cambios estructurales permanentes en nuestras vidas, negocios y trabajos que tenían que llegar recién en dos lustros.

En educación, por ejemplo. Las clases online nos han hecho pensar si vale la pena pagar costosas pensiones para aprender lo mismo que se aprende en el aula física y, quizás, sin la posibilidad de trabajar el mismo tiempo. En los negocios que venden bienes también nos hemos preguntado si es que es necesario un gran local para mostrar los productos. ¿Por qué no tener mas bien una gran tienda online y ya solo una bodega para almacenar el stock, con menos costos?

En la industria de los servicios, ¿es necesario tener a todo el personal encerrado en una oficina física o, mas adelante, tendremos teletrabajadores y muy pocos en las salas de reuniones, con menos costos? La gran perdedora, sin duda, es la reunión de equipo. Si algo han demostrado las reuniones virtuales vía Zoom o Meet es su efectividad para ir al grano, resolver y terminar. ¿Cómo van a trabajar de ahora en adelante abogados, periodistas, contadores, arquitectos, publicistas y más? ¿Florecerán los despachos que ya solo operen y brinden servicios de forma digital?

Los trámites públicos, otra novedad. Hemos aprendido que casi todo se puede hacer desde la casa. Inscripciones, escrituras, permisos y un sinnúmero de requerimientos. Eso significa menos burócratas y menos filas en los edificios públicos. Menos tiempo en la sala de espera.

¿Qué más cambiará?. (O)

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