Diario El Heraldo siente la partida de su director

Ciudad

Miles de horas dedicó a su trabajo con la realización de editoriales el doctor Luis Eduardo Torres Carrasco, director de Diario El Heraldo. No descuidó a su querida familia,  a cuyos miembros agradeció la comprensión y también les enseñó a mantenerse unidos y confiar en Dios en cada momento. (Foto El Heraldo)
 


El legado de trabajo y honradez deja el  doctor Luis Eduardo Torres Carrasco, director de Diario El Heraldo, quien partió a la Casa del Padre luego de servir con principios y firmeza al frente de este medio de comunicación.

Con 92 años de existencia del distinguido ambateño, dedicó su vida a informar y servir con cariño a la ciudad a la que tanto amó al igual que a su familia.

La luz del mundo lo vio nacer el nueve de enero de 1927. Sus estudios primarios los realizó en la Escuela México. La secundaria desarrolló en el Seminario ‘San Luis’ de Quito; así como, en el colegio Bolívar de Ambato, graduándose como Bachiller en Humanidades Modernas.

Los estudios superiores los efectuó en la Universidad Católica del Ecuador, siendo el primer graduado de la promoción como doctor y abogado en 1957.

Su espíritu incansable por ser útil a la sociedad lo llevó a contribuir con su conocimiento, experiencia, corazón y fe al desempeñarse como procurador síndico de los GAD municipales de Pelileo, Baños y Ambato.

Tuvo la oportunidad de ser presidente del Tribunal Electoral de Tungurahua desde 1959 hasta 1961. Una de tantas alegrías fue ser el cofundador de Diario El Heraldo de Ambato, siendo gerente general, director y editorialista.

La confianza del pueblo también le dio la oportunidad de desenvolverse como asambleísta alterno de  la Asamblea Constituyente en 1966; así como, diputado de la República por la provincia de Tungurahua en el período 1968-1970; además de, miembro de la Comisión de Presupuesto.

Luis Eduardo Torres Carrasco pensó siempre en su ciudad, en la provincia y el país al ser incansable luchador e intelectual por hacer del terruño un referente de trabajo. Por sus convicciones y labor pública recibió el respaldo de sus coterráneos siendo alcalde de su Ambato querido desde 1970 hasta 1974.

Su conocimiento y experiencia se fortalecieron con los años y ocupó varios espacios de servicio público al  ser Registrador de la Propiedad de Ambato durante dos períodos (desde 1975 hasta 1982 y desde 1998 hasta el 2011).

Estuvo como vocal del Tribunal del Crimen, Juez de Tierras, presidente alterno del Tribunal de Menores de Tungurahua; así como, miembro del Instituto de Cultura Hispánica y de la Casa de la Cultura. También, Presidente del Centro Ecuatoriano Americano.

El recordado ambateño también se integró como cofundador de la Unión Nacional de Periodistas de Tungurahua; socio de la Asociación de Empleados de Ambato; así como, asesor jurídico de la Cámara de Comercio de Ambato, participante en la formación de su Cooperativa de Ahorro y Crédito; como también, cofundador del Banco de Tungurahua; asesor jurídico y miembro del Directorio. Autor del libro ‘El Alcalde y el Pueblo’.

Con regocijo planificó la celebración de los 60 años de Diario El Heraldo el 15 de marzo del 2018, editándose el  libro en cuyas páginas se recogió lo mejor del desarrollo de la ciudad y provincia, quedando para la posteridad el recuerdo eterno de las acciones que marcaron historia en su amado terruño y la provincia.

Durante la presentación del libro, Luis Eduardo Torres Carrasco, agradeció con humildad y profundo amor a su esposa, hijos y nietos por ser unidos y por comprender con paciencia las funciones que debió desempeñar a lo largo de su vida. Agradeció a Dios, porque su luz divina ha guiado su corazón y  espíritu. Recordó también la importancia de la solidaridad, amistad y el valor de trabajar juntos para lograr grandes cambios. A su medio lo lleva en el alma, porque representa al ‘mensajero’.

Es así como será recordado el ‘Doctor Luchito’, (como cariñosamente lo conocieron sus amigos y compañeros de labores). Será por siempre el ‘mensajero’ que por seis décadas dejó huella en la historia de este rotativo. En 92 años de edad quedan imborrables recuerdos desde que vio la luz en este mundo y que compartió en familia, empleados y amigos.

Estamos seguros que Dios y la Santísima Virgen lo acogen con cariño, mientras en la Tierra nos deja un gran vacío. Paz en su tumba. (I)

Deja una respuesta