Defensas incompetentes/ Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión



De acuerdo a los fundamentos clínicos de la Medicina Tradicional Oriental, tiene trascendental importancia la distinción personalizada de las enfermedades, es decir, que siendo el individuo “único”, también su enfermedad es “única”. En la medicina China, existe una clasificación no sólo netamente sintomática sino encajada integralmente con todo el ser en su totalidad. En época de pandemia será de mucha utilidad tal identificación, por ejemplo, las personas que responden a una deficiente competencia inmunológica (defensas), generalmente son pacientes algo delgados, pálidos, “mal comer”, presentan diversos problemas en la piel, manos largas, uñas quebradizas, pelo fácilmente desprendible, sensibilidad e intolerancia al frío, sudoración espontánea o con poco esfuerzo, manos y pies fríos y sudorosos, transpiran espontáneamente especialmente en la noche, por lo general necesitan acostarse temprano ya que se cansan mucho. En la adolescencia son los que con mayor frecuencia tienen acné. Suelen ser nerviosos, gruñones, intolerantes, miedosos, distraídos, inquietos e indecisos, de humor triste, pesimistas y melancólicos. Las enfermedades más frecuentes están relacionadas con la vulnerabilidad de estas personas a nivel de los aparatos respiratorio superior (gripes frecuentes, faringitis, laringitis, sinusitis o rinitis a repetición) y digestivo, pero también de la piel (acné, eczemas, urticaria, micosis, hiperreacción a las picaduras de insectos desde la primera infancia) y del sistema linfático (adenitis). Desarrollan problemas dentales con bastante facilidad. Poseen componente alérgico y vulnerabilidad a los agentes climáticos y atmosféricos, así como también a la lana, polen con un grueso listado de restricciones. La vida de estos pacientes puede llegar a transformarse en un agobiante peregrinaje de médico en médico para paliar los diversos problemas de salud que suelen tener y que comprometen aún más su precaria situación energética y emocional. Las madres ya son como “malas pediatras” auto medicando a sus niños. Será de decisiva importancia, en base a la Acupuntura, que aporta con su insuperable función de incrementar la competencia y mejorar todo el sistema de nuestras defensas.

En épocas frías, como la que estamos, y con presencia de enfermedades estacionales, se confundirán los cuadros virales, se utiliza calor (moxibustión), que aumenta notoriamente su eficacia. Conseguiremos una franca mejoría en la calidad de vida de estos pacientes, especialmente niños y adolescentes, ya que se sienten muy agobiados de tanta medicación y tantas molestias sintomáticas. La mejoría del paciente es progresiva pero definitiva.

La resistencia y tolerancia hacia los fenómenos o factores que determinaban el aparecimiento de sus síntomas es cada vez mayor, el período entre una reagudización y otra se prolonga, la severidad de las reagudizaciones va disminuyendo en intensidad y gravedad. Cabe recalcar que en las fases severas y agudas es menester complementar con la ayuda farmacológica estándar mientras recibe las terapias. Esta combinación sinérgica de tratamientos evitará que la medicación se convierta en un verdadero «circulo vicioso» que afecte más aún las defensas y se incrementen los daños como consecuencia de los efectos secundarios. (O)

Deja una respuesta