Consejos para mantenernos saludables hoy / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión



Al encontramos en medio de una pandemia, conviene observar algunos consejos que nos permitan mantenernos saludables no sólo en nuestro cuerpo físico sino principalmente en lo psicológico y mental.

Para ello recurriremos a algunas fórmulas recogidas del baúl de la historia y que provienen de un médico de la antigua Roma, llamado Paracelso.

Pero antes recordemos el significado de la palabra salud, misma que se relaciona con el hecho de no padecer ninguna enfermedad, lo cual nos permite ejerce con normalidad todas nuestras funciones.

En cuanto a la palabra enfermedad, ésta proviene del latín y hace referencia a una falta de firmeza por pérdida de armonía, es decir que enfermamos cuando nuestro cuerpo físico, psicológico o mental se encuentran alterados. En ese momento aparecen los síntomas que denotan una enfermedad.

Es así como salud es armonía en tanto que enfermedad es carecer de ella, manifestándose a través de síntomas que actúan como alarmas de que algo en nosotros no marcha bien. De ahí que el síntoma es un aliado y no un enemigo.

Paracelso aconseja que para mantener la salud física es necesario acostumbrarse a respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmicamente. También beber diariamente, en pequeños sorbos dos litros de agua, alimentándonos con muchas frutas y masticando bien los alimentos.

Podríamos añadir que es necesario cuidar de nuestro bienestar físico ejercitándonos continuamente, evitando además ruidos estridentes y discusiones acaloradas. Alimentándonos sanamente y con moderación, manteniendo la limpieza del cuerpo y vistiéndolo estéticamente.

También el no hablar obsesivamente de enfermedades, nos mantendrá más saludables.

Cuando el médico de la antigua Roma hablaba del plano psicológico, decía que debemos desterrar toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza y venganza. Por ello el observarse a uno mismo, es de vital importancia.

Nos insiste en olvidar toda ofensa, más aún, pide esforzarnos por pensar bien incluso del mayor enemigo, pues dirá que el alma es como un templo y que no debe ser jamás invadido por el odio.

En este contexto nos beneficiará desarrollar buenos pasatiempos para canalizar de manera positiva nuestras emociones, evitando embriagarnos o intoxicarnos. Las lecturas inspiradoras enaltecen el alma al igual que los paseos que nos ponen en contacto con la naturaleza. Visitar museos nos conecta con nuestros ancestros y sus ideales de vida.

Todo esto contribuirá a mantener pensamientos positivos, alejándonos de ambiciones materiales y evitando contraer deudas innecesariamente.

Finalmente, Paracelso aconseja destinar un tiempo para el desarrollo de nuestra espiritualidad a fin de mantener esa armonía en todos los aspectos del ser humano, para lo cual: «debes recogerte todos los días donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora».

De esta manera podremos mantener ideas simples y puras, exaltando lo bueno, lo bello, lo justo y lo verdadero. El realizar un estudio comparado de conocimientos nos alejará de prejuicios y fanatismos, llevándonos a buscar unidad en todo. Aprendamos también a orar y a meditar, practicando continuamente la reflexión y la interiorización.

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