Compre hoy y pague en enero/ Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Casi sin sentir llegó diciembre, mes de luces, miel y unión familiar, mes en el que la gente de manera sumisa ante el bombardeo promocional y publicitario consume de manera desmedida y hasta irresponsable, mes en el cual el consumo alcanza su máxima expresión. Ciertamente celebrar las fiestas de Navidad y el Fin de Año se ha posicionado en la mente de la gente como fechas obligadas para hacer compras, y hasta nos olvidamos de los precios altos. Los comercios se aprovechan de este deseo incontenible de la gente por comprar. ¡Lleve hoy y pague en enero!

Padres y abuelos sometidos a la presión de hijos y nietos, no les queda otra alternativa que demostrar lo mucho que les quieren comprándoles regalos y juguetes, los amigos deben demostrar su amistad a través de la entrega de regalos, pues ya no es suficiente una sonrisa o un abrazo.

En este entorno hasta la creatividad de la gente se va perdiendo, de hecho, hace algunos años la gente era más creativa para elaborar los nacimientos y los árboles de navidad, hoy se ha perdido notablemente esa creatividad, evidentemente cada vez somos menos creativos y más materialistas para celebrar esta fiesta. ¡Mas alcohol y menos reflexión!

Es evidente como globalización poco a poco ha impuesto lo que denominamos la “Sociedad Consumista”, en donde el Marketing es el motor que mueve a esta generación de compradores compulsivos. No importa que aún no nos paguen el Décimo Tercero, pues en ésta época una de las herramientas que más se utilizan para satisfacer la ansiedad de compra es el dinero plástico  (tarjetas de crédito), que viene a ser una especie de identificación solvente para el individuo y hasta nos sube el ego; no obstante, quienes no tienen la capacidad de administrar sus ingresos y de auto controlar sus impulsos, corren el riesgo de adquirir un endeudamiento extremo con las subsiguientes consecuencias.

Estimados lectores, es menester que consideremos atentamente lo siguiente: La tarjeta  de Crédito es un mecanismo de pago, es decir lo que se paga con ésta se convierte en deuda, dicho de otra manera la tarjeta de crédito sólo permite prolongar la deuda, peor aún si el comprador compulsivo se demora en pagar esa deuda, pues deberá asumir la carga financiera que esto implica; en tal virtud es muy importante que aprendamos a manejar la Tarjeta de Crédito, considerando por ejemplo que la utilización de ésta herramienta de pago es recomendable cuando se va a cancelar el consumo de bienes perecibles en el mediano plazo y que no son parte del gasto corriente. Si en este diciembre usted difiere el gasto corriente, es muy probable que en el 2020 lo esté lamentando. ¡Bajar de peso y pagar las deudas!  (O)

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