Civismo te extrañamos / Patricio Chambers.

Columnistas, Opinión


Importantes las palabras de la señora Directora Distrital de Educación, cuando al referirse a fecha cívica del 12 de Noviembre, manifestó que debía ser eminentemente cívica, por el simbolismo histórico que representa; entendiéndose que se debe retirar todo lo relacionado al folklor, para pasarlo a la Fiesta de las Frutas y de las Flores. El mensaje que trae implícito, ubicaría a las dos situaciones en el lugar al que corresponden.

Adicional a esto, la orden ministerial, zonal, distrital, circuital y de las autoridades educativas debe enfocarse a la organización misma de un desfile cívico, porque si bien participan las instituciones educativas, cada una de ellas debe hacerlo con sus “distintivos” que engloba al nombre, cachiporrero, bastoneras, banda de gala, abanderada o abanderado, portaestandartes y las escoltas, el bloque representativo de estudiantes y el cuerpo directivo de docentes.

Emociona observar el paso galante de los estudiantes, llena de orgullo y conmueve ver los colores de una determinada institución a la que pertenecen o pertenecieron, nos alegra recordar la fecha cívica por lo que representanta y la razón por qué los estudiantes, para este día, se preparan con tanta anticipación. Vivenciar la fecha cívica hace falta, difundir su contenido histórico es más que fundamental. El civismo como concepto alude a una conducta que se desarrolla en concordancia con las normas de convivencia que regulan la vida social. El civismo está vinculado al respeto por las instituciones y las leyes.  

Por falta o ausencia de civismo estamos abocados a mirar tanto vandalismo juvenil que, irrespeta monumentos, paredes, servicios públicos y la tonta forma de mirar a lo cívico como el día de asueto o de pereza corporal que impide colocar una bandera en la puerta o ventana de nuestras viviendas. Recordamos el sacrifico heroico de los próceres por darnos la libertad, pero no sabemos quiénes fueron.

El civismo, la libertad, la esclavitud, son palabras abstractas que deben ser desglosadas en un vocabulario cívico para que se entienda su significado y por consiguiente, “hacer algo” en retribución al enorme sacrifico de nuestros héroes. Pero el civismo, va más allá del desfile, va hacia las normas con las que conviven las personas como el aseo, la conducta, la cortesía, la demostración de la formación conductual con que las familias educan y crían a sus hijos; el comportamiento social adecuado que al practicarlos les evita una serie de problemas y el uso de un vocabulario agradable, libre de modismos, palabras soeces, muletillas o extranjerismos innecesarios.

Espero que el cuerpo edilicio con el señor Alcalde al frente, retomen la buena costumbre de la minga por la ambateñidad para que la colectividad limpie sus calles y veredas; enarbole la bandera cantonal o nacional y en las unidades educativas, las autoridades ordenen a los docentes para que dediquen un tiempo a enseñar el himno al cantón, a la provincia. Nos hace falta valorar el civismo porque no sabemos que hemos heredado una libertad bien cara, que no logra sacar al pueblo de su ignorancia, creyendo que los elegidos como gobernantes, va a hacerlo, cuando vemos que solo entorpecen nuestra vida, nos quitan derechos, inculcan principios absurdos y toman decisiones controversiales.

El civismo se puede demostrar por diferentes formas concretas que, necesitan ser ejercidas para añorarlas. (O)

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