Carapaz: «Este es un oro que se va a recordar por siempre»

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Carapaz posa con su oro olímpico. (Foto EFE)

Shizuoka, (EFE).- El ecuatoriano Richard Carapaz, que se proclamó campeón olímpico de ciclismo en ruta ayer sábado en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aseguró a EFE que este es «un oro que se va a recordar por siempre», la tercera medalla del deporte ecuatoriano en una cita olímpica.

«Es algo increíble, para mí país es algo muy importante, un oro que se va a recordar por siempre, ser parte de ese pequeño grupo de deportistas que lo ha podido conseguir es algo muy grande, que va a quedar en la historia de mi país, de mi vida», aseguró a la Agencia EFE el recién proclamado campeón olímpico en la pista del Circuito Internacional de Fuji, donde acabó la prueba.

Carapaz llegó en solitario a la meta tras atacar a falta de 5,9 kilómetros del final al estadounidense Brandon McNulty, y estuvo acompañado en el podio por el belga Wout Van Aert, medalla de plata, y el esloveno Tadej Pogacar, bronce.

La medalla del ciclista de El Carmelo (Carchi, Ecuador), es la tercera del deporte ecuatoriano en unos Juegos Olímpicos. Antes que él, sólo otro ecuatoriano había subido al podio olímpico: el atleta Jefferson Pérez, campeón de 20 km marcha en Atlanta’96 y plata en Pekín 2008.

Carapaz supo plantearse la carrera a largo plazo, pese a que el ataque del esloveno Tadej Pogacar, doble ganador del Tour de Francia y uno de los favoritos, en la subida del paso del Mikuni, cuando se fue con McNulty y el canadiense Michael Woods parecía el golpe definitivo.

«Era una carrera de resistencia, ha sido muy dura, los dos pasos por los dos puertos eran bastante duro, se ha hecho una selección bastante selecta, se podría decir, era esperar el momento y mira ha salido McNulty, he salido a por él, hemos ido los dos, ha habido una colaboración mutua», relató el campeón ecuatoriano.

El ciclista ecuatoriano dio el último golpe para la victoria a 5,9 kilómetros de la meta, justo antes de entrar en el circuito de velocidad, cuando atacó a su compañero de escapada, el estadounidense McNulty, que no pudo seguir su ritmo.

«A falta de seis kilómetros sabíamos que había un kilómetro y medio que era muy duro, era simplemente más que atacar, continuar. McNulty creo que venía del cuello, simplemente he continuado y he llegado», explicó Carapaz. (D)

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