Boris / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión



Boris Johnson es un político singular. Siempre lo fue. Desde que dirigió con éxito la ciudad de Londres y con sus trajes mal armados y sus zapatos viejos y gastados surcaba los aires de la capital británica en parapente hasta ahora que finalmente cumplió su sueño de toda la vida: vivir en el número 10 de Downing Street. 

Lo seguí desde cerca cuando estuve estudiando en Londres en el 2015, donde además leí la didáctica biografía que escribió sobre Winston Churchill y presencié el gran salto que dio liderando el voto por la no permanencia en la Unión Europea cuando se votó el Brexit. Fue una campaña muy divertida, por cierto, Boris y Nigel Farage tumbaron al establishment entre mentiras bufonescas y loas al gran pasado británico. Nadie supo que pasó y por qué se dio ese resultado. Al año siguiente, Boris sufrió una traición muy fea en la pugna por el liderazgo del Partido Conservador que, finalmente, eligió a Teresa May como su líder. 

Boris tiene por eso un gran reto en su nuevo cargo como Primer Ministro. Tiene que liderar, ejecutar y sobrevivir a un Brexit que él llama duro y que se daría con o sin acuerdo con la Unión Europea. Al mismo tiempo tiene que controlar la mayoría de su partido en el parlamento que pende de un solo voto para que no la consigan los laboristas. Tiene que levantar la economía en poco tiempo y dar la vuelta a la administración si quiere permanecer en el cargo y vencer a los laboristas en las próximas elecciones. (O) 

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