Bendito pontificado… / Andrea Manjarrez Ocaña

Columnistas, Opinión



El Papa Francisco único y diferente, desde que fue elegido como sumo pontífice ha causado gran polémica en el mundo entero, los feligreses y el colectivo en general ha emitido su criterio positivo o negativo del primer latino en llegar a tal dignidad, durante el tiempo que se encuentra al mando del Vaticano, fue considerado incluso el Papa del fin de los tiempos, por su discurso un tanto liberal que maneja y con el que inició su papado “agradezco a mis compañeros cardenales por la confianza, pero creo que se fueron a buscar al Papa en el fin del mundo”, por su origen argentino. Así también ha sabido llegar al corazón y mente de muchos, pues recordemos que en sus primeras palabras añadió “antes que el Papa les de la bendición, pido que todos oren por el Papa”, siendo su arenga inclusiva, carismática, que expresaba su apertura al cambio, a la evolución misma, a la globalización, a la actualidad, está modernidad líquida, fugaz, variable, que necesita estructura, estabilidad, tranquilidad, paz que solo un Papa como él podrá transmitir.

Él, que fue capaz de despojarse de lo tradicional, desistir de usar su pectoral de oro, zapatos, rojos, sillón de oro y lo reemplazó por una cómoda silla de madera, todo esto característica de su humildad y sencillez. Ha emitido varios criterios sobre diversos aspectos, abordando temáticas nunca antes tratadas por la iglesia, sin juzgar, sin tachar con el dedo, entendiendo al ser humano como tal. Su personalidad jovial, su rostro emotivo, sus manos siempre abiertas le ha permitido a la gente volver a confiar en esta fe, llena de misterios y a la vez encantadora.

En sus homilias, mensajes y frases alrededor del mundo a proyectado un enfoque distinto lo último que dijo conmocionó las redes sociales, al decir “es mejor ser ateo que ir a la iglesia odiando a todo el mundo”, claro que si, es mejor tener un buen corazón y trabajar día a día en ser mejor persona que únicamente tratar de mostrar lo que no es, fingiendo una vida que no nos pertenece. Qué alegría sentir este cambio, hacer caso a nuestro pontífice cuando dijo “hagan lío”, hacer lío, hacerse sentir, exigir nuestros derechos, pero cumplir nuestros deberes, definitivamente debemos aprovechar su Bendito pontificado… (O)


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