Bella costumbre / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

La actual pandemia desnudó las debilidades del sistema sanitario y la corrupción en el servicio hospitalario. Justo al inicio del primer confinamiento, el año pasado, saltó a la vista lo peor de muchos políticos, algunos servidores públicos y varios seudoempresarios especializados en repartos de hospitales y sobreprecios. Una “bella costumbre”.

Ante las prácticas corruptas, la reacción popular resultó lógica: rechazo absoluto. La Asamblea precedente terminó su gestión con un nivel de aceptación por los suelos. Tal vez, el más bajo que se recuerde y con total justicia, pasará a la historia como la asamblea del dos por ciento.

El pasado 14 de mayo inició el nuevo período legislativo. Los 137 asambleístas juraron su cargo con la promesa de cambiar la imagen de esta institución. La consigna fue desterrar los sobornos, las regalías, el tráfico de influencias, los diezmos y el reparto de las instituciones públicas. Pero la ilusión fue demasiado breve. Apenas transcurrido el primer trimestre en funciones hay más de un señalamiento. Al parecer la “bella costumbre” sigue rondando los pasillos del palacio legislativo.

En este escenario, Rosa Cerda y Bella Jiménez son las asambleístas de moda. Aunque, en las últimas horas, se ha unido al grupo de señalados, Darwin Pereira. La primera, fue suspendida ocho días sin sueldo debido a su apología del robo. Jiménez, segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, es imputada por, presuntamente, cobrar dinero en efectivo, a su propio asesor y asistente, antes de aceptarlos como colaboradores en su despacho.

La conversión de la Asamblea es una misión que parecería imposible. La “bella costumbre”, por la que fueron censuradas Ana Galarza y Norma Vallejo, durante el período anterior vuele a la escena. Mas, las denuncias no terminan con el caso de Bella Jiménez. De forma casi simultánea, el asambleísta Bruno Segovia pide investigar mensajes enviados por un asesor de Darwin Pereira, en los que estaría gestionando cargos en instituciones públicas.

Esto apenas empieza, han pasado apenas alrededor de 100 días, qué podemos esperar. César Trujillo, el fallecido titular de la Función de Transparencia y Control Social y uno de los últimos referentes éticos del país, el 29 de enero del 2019, en el pleno de la Asamblea dijo: “El pueblo ecuatoriano espera de ustedes la transformación del país, en la obra humana siempre hay imperfecciones, pero me redimirán de esa culpa quienes desempeñen sus funciones con honestidad y lealtad al pueblo ecuatoriano”. En otras palabras, se espera que los asambleístas dejen para siempre la “bella costumbre” la corrupción. (O)

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