Assange Acción de Protección / Editorial

Editorial, Opinión

 

 

  El hacker australiano  sustrajo, clandestinamente, documentos reservados  del gobierno norteamericano con el objeto deliberado de causarle daño;  además, burló a la justicia inglesa al fugar del control de sus autoridades para pedir asilo  en Ecuador.

   Assange, en los siete años de permanencia  en la Embajada Ecuatoriana en Londres, hizo lo que le dio la gana, inclusive tuvo expresiones despectivas y ofensivas para el pueblo ecuatoriano.  Abusó del asilo político a pesar de que no fue perseguido político, sino buscado por la justicia ordinaria de Suecia.

  Desde la Embajada, a pesar de la expresa prohibición del asilo,  intervino en la política electoral de Estados Unidos y puso en entredicho las relaciones del gobierno de España y los independistas  de Cataluña. Ecuador ha sido cuestionado por estas acciones del australiano, que se ha extralimitado, en forma irresponsable, en el ejercicio de sus derechos.

  No obstante los privilegios de que ha gozado el incómodo huésped de la Embajada en Londres, con altos gastos pagados por los ecuatorianos, hasta con la manutención de un gato,   se ha permitido demandar ante la justicia ecuatoriana el amparo constitucional por el “aislamiento” en que se encuentra.

  Ecuador tiene el inalienable derecho de imponer a un asilado las condiciones fundamentales  para evitar abusos. Los Jueces que conozcan la demanda deben actuar con estricto apego a la Ley para negar la procedencia de la acción sin dejarse sorprender por defensores sobredimensionados por ellos mismos.  Nuestros Jueces tienen la capacidad para actuar con honestidad y sin temor. (O)

Deja una respuesta