Animalismo desbocado / Esteban Torres Cobo

Llevar cualquier iniciativa a extremos que rompen la lógica parece ser el deporte de temporada. Puede ser la militancia profunda, el exceso de tiempo libre o simplemente la radicalización de los conceptos, corriente preocupante de la universidad de nuestros tiempos. Algunos lo han descrito como la ausencia de creencias religiosas, reemplazadas por creencias de otro tipo y veneración masiva. 

Sin embargo, esto ha sucedido siempre en la historia de nuestra civilización. La idea llevada al extremo no es nueva sino bastante antigua. El problema, quizás, es que hoy existe un persistente deseo de imponer esas ideas a toda la población mediante leyes que tienen atributos coercitivos. 

A la Asamblea Nacional ecuatoriana ha llegado un nuevo brote de esta fiebre: la Ley Orgánica para la Promoción, Protección y Defensa de los Derechos de los Animales no Humanos. Desde su título ya tenemos el abreboca del despropósito. ¿No nos ha dicho lo lógica siempre que los humanos son humanos y los animales, animales? ¿Por qué referirse al “animal no humano”? Bueno, porque hay toda una doctrina atrás de esas tres palabras. Ampliamente desarrollada por profesores de izquierda en las universidades norteamericanas desde hace décadas. 

En su mágnifico trabajo titulado “La Filosofía se ha vuelto loca” el profesor Braunstein describe los 3 grandes y absurdos debates de las universidades en Estados Unidos: las cuestiones relativas al género, al derecho de los animales y a la eutanasia. Hoy llega con fuerza al legislativo precisamente la segunda inquietud. Y en ese absoluto relativismo y cretinismo, el animalismo desbocado no tiene empacho en poner por sobre los humanos a los animales y reconocerles hasta más derechos que al propio homo sapiens. En algún otro artículo comentaremos a profundidad este insólito proyecto de ley pero vale decir que, en este mundo absurdo, son precisamente aquellos que piden la pena de muerte para el ser humano en el vientre los que firman esta ley.