Alonso Castillo, ilustre ambateño que dejó legado

Ciudad

La fotografía corresponde a la época en la que el doctor Alonso Castillo Villacreses se desempeñaba como rector del entonces Colegio Nacional Bolívar. (Foto ilustrativa El Heraldo)


El doctor Alonso Castillo Villacreses es uno de los ilustres hijos de la tierra ambateña que lo vio nacer el cuatro de junio de 1902 siendo el penúltimo hijo de una familia numerosa y que cultivó los valores espirituales e intelectuales.

La instrucción primaria la desarrolló en su ciudad natal en el Liceo Montalvo, la secundaria en el Colegio Nacional Bolívar donde fue distinguido por ser el mejor alumno de su promoción.

Los estudios superiores los cursó en Quito en la Universidad Central del Ecuador, donde obtuvo el título de doctor en Química y Farmacia, previa a la presentación de su tesis doctoral  denominada ‘Eucaliptos’ en homenaje a esta especie que llegó del exterior y que se aclimató en el país. Esta investigación mereció elogios y sirvió de base para análisis científicos posteriores, porque aportó con contenido. Contrajo nupcias con la dama Eloísa Castro de Castillo.

Luego el profesional se trasladó a su amado terruño y se dedicó a la enseñanza siendo profesor del Colegio Nacional Bolívar y colaboró con la misma cátedra en varios institutos particulares de la ciudad. Su misión no fue sólo instruir, sino educar y a formar a sus alumnos en exaltar los valores del espíritu y las virtudes humanas.

Se desempeñó como rector del Colegio Nacional Bolívar por ocho años, imprimiendo en su gestión la rectitud, responsabilidad, transparencia y honorabilidad.

El Gobierno Nacional le distinguió con la condecoración al Mérito Educativo de Primera Clase, la misma que le fue impuesta en 1961 por el entonces Presidente de la República, José María Velasco Ibarra.

El Ministerio de Educación le entregó varias preseas en varias ocasiones. El Ilustre Municipio de Ambato le otorgó la condecoración al Mérito Educativo en 1968.  La Dirección Provincial de Educación de Tungurahua le entregó la presea en abril de 1975.

El Colegio de Químicos Farmacéuticos le homenajeó en su día clásico en 1972.  Se desempeñó en varios cargos como concejal del Ilustre Municipio de Ambato, presidente del Cuerpo Edilicio (vicealcalde) desde 1950 hasta 1953.

En 1961 el Gobierno Nacional le nombró presidente de la Junta de Reconstrucción de Tungurahua por la confianza en su límpida gestión.  En 1969 declinó su  nombramiento de gobernador de la provincia por asuntos de salud. Jamás buscó honores porque su actividad ideal fue la noble tarea de enseñar y su amor a su ciudad natal.

Fue miembro fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, fue miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Naturales.

Sus obras encierran profundo conocimiento científico. Entre las más relevantes están las Lecciones de Química Inorgánica (con varias ediciones), luego las Lecciones de Química Orgánica con acogida y que con el pasar del tiempo han servido como texto de consulta a las nuevas generaciones estudiantiles y universitarias e incluso en Colombia.

Alonso Castillo amó  y defendió la naturaleza, y en 1955 dictó conferencias sobre el debilitamiento de la capa de ozono y sus consecuencias para la humanidad, adelantándose a las opiniones científicas posteriores. Enseñó el respeto a toda forma de vida. Fue un hombre de acción.

El 11 de mayo de 1976 partió a la Casa del Padre Eterno y causó honda pena en la sociedad. Su sepelio fue recordado por muchos. Sus restos están en el Cementerio Municipal de Ambato en el área de los ilustres ambateños. (I)

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