Actividades imperdibles en Quito / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Este 6 de diciembre la capital de todos los ecuatorianos cumple 487 años de su fundación española y con ello, una vez más tendremos la mejor excusa para visitar algunos de sus lugares más emblemáticos, así como realizar aquellas actividades “imperdibles” en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Las sugerencias las extraemos de las publicaciones virtuales de uno de los colectivos más reconocidos en este ámbito y se trata de “Los ladrillos de Quito” dirigido por el joven investigador de esta urbe, Héctor López Molina.

Iniciando por uno de sus parques más emblemáticos, el de La Alameda, donde no podemos dejar de subir al “Churo” cuya rampa ascendente y la veleta de un gallo lo han convertido en uno de los principales íconos de la ciudad aunque pocos se han tomado el tiempo de ver en 180 grados: el parque y su centenaria laguna por el lado sur, las torres de la Basílica que se divisan al occidente, la belleza neoclásica de la Escuela Espejo y la colonial Capilla del Belén por el norte, y al oriente el cerro del Itchimbía coronado por el Palacio de Cristal y su estructura de estilo art-nouveau.

Luego podemos dirigirnos hacia la calle de las Siete Cruces al pie del Panecillo, para caminar de sur a norte por la calle García Moreno, tradicionalmente conocida como «de las Siete Cruces» debido a la presencia de ese número de estructuras en todo su largo. Se trata de una vía exclusivamente peatonal que permite admirar los imponentes edificios que se levantan en sus costados y además une las milenarias colinas de San Juan y El Panecillo, sagradas para las culturas ancestrales.

Tampoco se puede dejar la capital sin haber admirado los castillos de La Mariscal, los cuales fueron construidos a inicios del siglo XX al norte de los límites de la urbe de aquel entonces, en lo que sería el barrio más elegante inspirado en modelos urbanos de las grandes capitales europeas, lo cual dio lugar a palacios y mansiones al estilo neoclásico rodeados de jardines y precedidos por grandes entradas que se abrían hacia calles anchas y arboladas. Algunas de estas construcciones todavía se mantienen en pie y vale la pena verlas.

Si estamos por Quito en el mes de agosto, una actividad obligada será hacer volar cometas en el cerro del Itchimbía, guardando una tradición desde el siglo XIX dado los fuertes vientos que durante esta época corren por la zona.

Parte del Distrito Metropolitano de Quito es la Mitad del Mundo, y en ella una experiencia que quizás no se puede repetir en ningún otro lugar, es tomarse una foto con un pie en cada hemisferio. Su privilegiada posición geográfica convirtió este sitio en único, sagrado para los Kitus y también para el Incario. Más adelante importantes científicos europeos del siglo XVIII escogieron estas tierras para medir la circunferencia del planeta.

En fin, una ciudad digna de ser visitada más de una vez. (O)

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