Triunfo nacional / Editorial
La crisis económica, política y social continúa campante, es como una plaga que le caído al país para afectar su propia estructura, sin que logre ser superada a pesar del esfuerzo que despliega en gobierno, aunque faltan medidas más contundentes para, de verdad, mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos.
Como parte importante de esta plaga es el descubrimiento diario de nuevos hechos de corrupción de la década correísta; millones de dólares que se esfumaron y altos jerarcas del nefasto gobierno enjuiciados unos, prófugos otros; lentitud en las investigaciones y en las sanciones a los responsables, forman el panorama que vivimos los ecuatorianos.
Frente a esta realidad lacerante y vergonzosa, aparecen acontecimientos de alto contenido moral que levantan el sentimiento nacional, que ponen muy en alto el orgullo de sentirnos ecuatorianos, hijos de esta Patria, con pequeño territorio pero con alma grande y generosa, con un pueblo, si bien defraudado por los malos gobernantes, con enorme optimismo por salir de la crisis.
El rotundo triunfo del joven carchense Richard Carapaz, que proviene de una familia humilde con una grandeza espiritual en su alma, en el trabajo y en la diaria actividad, ha llenado aquel vacío de valores que sufre el país, que ha conmovido la conciencia nacional, que es ejemplo elocuente de lo que puede alcanzar la juventud alejada del vicio para superar las indiferencia y la mediocridad.
Carapaz es el orgullo del país y símbolo del esfuerzo y de la grandeza espiritual del pueblo.(O)