2022: Orientar una economía más social / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión
Finalmente se fue el 2021, más amargo que dulce ciertamente; el Covid-19 continúa desafiando a la globalización, la recuperación económica es lenta y el desempleo haciéndole muecas a la gente, va de la mano con la inseguridad ciudadana.
Dentro de este escuálido entorno, se destaca una eficiente campaña de vacunación emprendida por el gobierno, sin embargo, la incertidumbre emerge en los diferentes sectores, pues las nuevas cepas amenazan seriamente a la reactivación económica.
Lo dulce de este 2021 han sido los éxitos deportivos como las medallas olímpicas conseguidas por nuestros deportistas en ciclismo y pesas, así como el espectacular desempeño de la Tri, que está al filo de la clasificación al mundial de Qatar 2022.
El panorama económico es imprevisible por los consabidos problemas políticos, por la   corrupción y ahora por el azote de la pandemia; esto empuja para que la brecha entre ricos y pobres se vaya ampliado en ocasiones de manera extremadamente injusta, lo cual evidentemente genera graves desequilibrios en esta economía de consumo basada en la cultura del “tener”.
En este entorno es imperativo pensar en una economía más social que ofrezca a la humanidad un cambio hacia una nueva manera de actuar y de concebir la economía, aunque debe quedar claro que la expresión “economía social” encierra una paradoja ya que la economía es siempre una actividad social, que debería por tanto poner mayor énfasis en la condición humana antes que en el lucro que se genera.
Una economía más social debe establecer la Cultura del “Dar”, palabra que eventualmente podría ofrecer un cambio y/o equilibrio para los seres humanos, para las empresas y por su puesto para los países.
Evidentemente, si la humanidad no se enmarca en la cultura del dar, no será posible realizar una economía más social, ayudando a las personas que se encuentran en dificultades, ganando menos, socorriendo a las necesidades primarias. Puede parecer utópico llevar a la práctica lo anotado, sin embargo, iluso como soy pienso que algún momento se pueda alcanzar; solo es cuestión de pensar en el país, en los de a pie, en los empresarios, en la humanidad toda.

Indudablemente, Hace falta difundir en nuestra sociedad la cultura del “dar”, pero dar respetando la dignidad del otro. Es vital que la micro y macroeconomía reinstalen el elemento social en el escenario económico, de otra manera la brecha entre ricos y pobres seguirá creciendo.

 

 

 

 

 

 

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