12 de noviembre: Embanderar la ciudad y otros actos cívicos / Parte I / Jéssica Torres Lescano

Columnistas, Opinión

¿Cómo recordamos la celebración de la emancipación política de Ambato a través de los años? ¿Cuál era el aporte y la participación de los sectores sociales en los actos cívicos? Releer las páginas del Periódico Crónica revela la conmemoración de la independencia en el espacio público a mediados del siglo XX. Imaginemos por un momento al Ambato de la época, sus viviendas adornadas con los colores de la bandera, los desfiles, las autoridades, el paso de los estudiantes, profesores y el público expectante del ritual. La fiesta cívica revive el tiempo histórico, rememora un acontecimiento glorioso del pasado, batallas, héroes y heroínas locales y nacionales, construye el relato oficial de la independencia. En ese contexto, el rito de celebración se legitima con instrumentos legales.

No tardaron en aparecer varios anuncios en el periódico Crónica señalando que “por orden superior, se encuentran en la obligación de cerrar los establecimientos a su mando y embanderar la ciudad, por celebrarse en esta ciudad la magna fecha del 12 de Noviembre” (Crónica 1954). Y las sanciones acompañadas de estas disposiciones: “…quienes trabajan sin autorización previa del Inspector Provincial de Trabajo serán sancionados por el mismo, con multa no mayor de cien sucres y menor de diez sucres” (Crónica 1954). La ley aplicaba a las propiedades de toda clase sean almacenes, tiendas, casas de comercio, fábricas, talleres y estaba avalada por el artículo 71 del Código de Trabajo.

El itinerario del día estaba colmado de actividades en los espacios públicos. El desfile obedecía a un orden interno riguroso. Participaban las autoridades nacionales, provinciales y cantonales, el clero, la guardia militar y civil, entidades obreras sociales, culturales, escuelas y colegios. Iniciaba en la intersección de las calles Bolívar y Vargas Torres, hacían paso por las calles Bolívar, Castillo, Sucre y Mera hasta llegar al parque 12 de Noviembre. En el lugar se hacían presentes los discursos, se colocaban ofrendas florales en honor a los caídos en la batalla, se entonaban las letras del himno nacional, el himno de Tungurahua haciendo gala la banda municipal.

Las narraciones de libertad y el valor del “civismo” se difundían y materializaban en la prensa. Revisar el diario local es encontrarse con publicaciones de editoriales, poemas, anuncios publicitarios que hacían alusión a la independencia. No podemos dejar de citar uno en particular: “el embanderamiento de la ciudad hablará del sentimiento patriótico de los ambateños” (Crónica, 19). Despertar el sentimiento fervoroso en el público lector y la colectividad era su objetivo. En otras palabras, el periódico se veía a sí mismo como un instrumento para despertar y promover el civismo…. La siguiente entrega nos acercamos a los actos realizados en el parque 12 de Noviembre con la presencia masiva del público tungurahuense. (O)

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