Reforma laboral a la vista / Ec. Mg. Diego Proaño

Columnistas, Opinión

En una economía ralentizada, desacelerada, estancada y con mínimo nivel de crecimiento como la nuestra, las prioridades para mejorar empleo, reducir la pobreza, incrementar producción y consumo, son puntuales, urgentes e inmediatas, indistintamente de acuerdo o no, con el Fondo Monetario Internacional u otro organismo crediticio internacional. Reformas laboral y tributaria, reducción del déficit fiscal, alianzas publico privadas, apertura a mercados internacionales, inversión extranjera y gran dosis de esfuerzos y gobernabilidad. Estos elementos ayudarán a levantar la economía y hacia allá se debe direccionar la política pública.

Si se quiere que emprendedores, innovadores e inversores nacionales y extranjeros retomen la confianza en el país, se requiere una reforma en el ámbito laboral, al momento muy rígido, sancionador y de pesquizaje hacia el empleador, que se le sataniza como explotador, abusivo, por tanto, con leyes rígidas hay que contrarrestarle en los ámbitos laboral, tributario, societario y de seguridad social. Error tremendo porque esas leyes y regulaciones punitivas, son las que hicieron perder la confianza en el empresario por 12 años en Ecuador y hoy recién nos damos cuenta que el sector privado, el empresario son el motor de la economía, como dice el refrán “nunca es tarde”, las autoridades económicas y políticos, tratan de devolver la confianza y protagonismo al sector privado.

En las mesas de dialogo entre empleadores, empleados y gobierno se está tratando de llegar a acuerdo mínimos, para facilitar la contratación y elevar el nivel de empleo pleno que a marzo 2019, apenas fue 37.9% de la Población Económicamente Activa, mientras el subempleo sigue en aumento al pasar de 16,5% a 18,7% en el primer trimestre de este año y el desempleo de 3,7% al 4,6% en tres meses, lo peor qué del 1`524.118 subempleados el 53,7% son trabajadores independientes y de ellos el 46,7% están en el sector informal de la economía, no tienen un RUC o una nota de venta del RISE, están día a día en las calles comercializando sus productos como autónomos en condiciones de alto riesgo.

Entre las reformas propuestas para incentivar la contratación y bajar el subempleo y desempleo, están el cumplimento de la jornada de 40 horas a la semana en 4 días no 5, así el empleado tendría un día más libre para otra ocupación laboral o familiar. También se habla de la modalidad de contrato por horas a tiempo parcial, siempre que a cualquier número de horas trabajadas se reconozca los beneficios de ley. Se habla además de un contrato por obra a tarea cumplida, indistintamente del número de horas ocupadas. Se discute el periodo de prueba para emprendimientos qué sea de 3 años y no 3 meses, hasta que el negocio despunte. Finalmente se discute la figura de despido intempestivo, derecho a liquidación, como de tercerización laboral. Qué por el bien del país y el empleo, se llegue lo más pronto a consensos, se envíe el proyecto de ley a la Asamblea Nacional, se apruebe y ejecute. Ya no se puede esperar más diálogos, es hora de acciones. Hay que deponer actitudes, ni la ortodoxia de sindicalistas eternos que todo lo ven mal, tampoco los abusivos empresaurios que quieran sacar ventaja. (O)


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