Cómo afecta a nuestros niños la xenofobia y racismo / Mg. Aracely Silva Cadmen

Columnistas, Opinión


La palabra xenofobia se refiere al miedo y al rechazo hacia las personas extranjeras, mientras el racismo es cuando el individuo se considera de una raza superior.  Tanto la xenofobia como el racismo son posiciones intolerantes e impropias.

Cuando existe xenofobia y racismo se tiene  como consecuencia la discriminación.  En la actualidad los niños también forman parte de estos temas el ser xenofóbicos y racistas, debido al círculo social y al sistema que hoy en día existe en nuestro país y en el mundo en general.

No es difícil encontrar casos de xenofobia y racismo dentro de las instituciones educativas de todo nivel, dónde a la problemática en muchos casos no se le da la importancia que amerita; es cuando, como padres de familia y educadores debemos hacer conciencia en inculcar a cada uno de nuestros niños y jóvenes  una educación basada en valores, como  solidaridad,  la igualdad, la amistad, el amor y el respeto desde la infancia para que sean adultos tolerantes, que valoren la diversidad y tengan la iniciativa de ayudar a personas que lo necesiten.  El enseñarles que no toda información escuchada en los medios de comunicación son verdaderos, debemos infundir a que aprendan a diferenciar información basada en datos objetivos, sobre otras personas, como pueden ser los inmigrantes o los refugiados que ésta provenga de fuentes fiables y  que contengan datos imparciales. La falta de conocimiento sobre la información y de los prejuicios o creencias erróneas puede crear estereotipos sobre los inmigrantes y los refugiados.

Como consecuencia de lo anterior, es evidente que todos nosotros tenemos en nuestras manos la posibilidad de entender y hacer que nuestros niños y jóvenes  tomen conciencia sobre la situación de los extranjeros que llegan a nuestro país, buscando un futuro mejor. Es importante cada aportación que pueda ayudar a que no existan estos casos en las instituciones educativas y en la comunidad en general, porque la solidaridad es la base de una buena convivencia. 


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