¿Quiénes estuvieron detrás de este conflicto / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión



Por lo ocurrido con el Ecuador en estas últimas tres semanas, es necesario identificar quiénes estuvieron detrás de uno de los momentos más difíciles y dolorosos de las últimas décadas.

Un conflicto interno que físicamente dejó heridas en buena parte de nuestras ciudades, industrias, carreteras y entre las que mayor daño sufrieron estuvo la propia capital del país, cuyo centro histórico patrimonio de la humanidad fue atropellado y golpeado, sus edificios y calles incendiadas. Esa fue la tónica de las protestas.

La reconstrucción de ello significará tiempo y recursos que bien podrían haberse destinado a las siempre urgentes necesidades de una sociedad que, durante varios días perdió su norte y unidad.

El punto es que este conflicto no sólo dejó huellas físicas sino, por sobre todo heridas psicológicas que suelen ser más difíciles de subsanar. El miedo ante las manifestaciones violentas se apoderó de buena parte de la población, que con enorme desconcierto no recordaba haber vivido situación similar en el pasado, por lo que muchos se encerraron en sus viviendas y otros fijaban estrategias de seguridad.

La agresividad alcanzó niveles impensables hasta hace poco, las protestas habían derivado en vandalismo y no sólo que se quemaron llantas en las vías, sino que se incendiaron árboles patrimoniales e instituciones de gobierno. Algunas industrias fueron literalmente asaltadas y destruidas, por quienes decían actuar en nombre de la justicia.

Atacantes y atacados, fueron presa fácil de la indignación que progresivamente se expresaba de la peor manera, ya no contra una ley, sino de toda persona que no comulgue con sus ideas. En fin, el resultado de tales acciones fue desastroso en varios sentidos.

Pero ¿qué llevó a esta gente a actuar de una manera tan reprochable?. Alguien podría decir que fueron las medidas económicas, pero ¿qué tienen que ver las medidas con la quema de las oficinas y documentos de la Contraloría?. Esto nos lleva hacia otros grupos y otras motivaciones que con el paso de las horas se han ido develando.

Fue claro que las protestas de los indígenas constituyeron un verdadero “caballo de troya” para quienes a toda costa, buscan detener las investigaciones e inculpaciones a los integrantes de la mafia de corruptos que gobernó a este país durante toda una década.

Evidentemente estos grupos actúan como parte de un plan internacional que busca someter una vez más a la región a sus designios y con ello volver a llenarse los bolsillos con dinero de los ciudadanos. Ésta la razón por la cual fueron identificadas personas, sin duda asalariada, de otras nacionalidades dirigiendo acciones claramente de guerra de guerrillas. El real motivo de las protestas, había quedado en el papel y ahora enfrentábamos un conflicto con armas mayores.

En medio del caos y como suele suceder, aparecieron también hordas de delincuentes que aprovechando el temor de la población asaltaron urbanizaciones enteras. ¡Nos robaron de la manera más descarada! Pero por supuesto, todo en nombre de las protestas. (O)

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