Vías ancestrales en Ecuador  / Editorial

Editorial, Opinión

 

El historiador ecuatoriano Roberto Aspiazu,  en días anteriores, en las páginas del Diario capitalino El Comercio,  publica un interesante y bien enfocado estudio sobre la vialidad en Ecuador desde tiempos de la colonización española, haciendo referencia al Capac Añán que fue la incipiente  y  precaria vialidad  en la época de los Incas, con su paso  norte sur  por  lo que es nuestro país.

Refiere, con detalle que demuestra una investigación seria y profesional,    los varios  caminos tanto en la sierra como en la costa  que servían para el intercambio comercial de los productos de las diversas comarcas existentes  y de la movilidad de las gentes de este territorio.

Los españoles cambiaron el nombre de Cápac Ñan por Camino Real, luego por Camino Libertario  en homenaje a esta gesta independentista iniciada en Quito.

Según el historiador Roberto Aspiazu, las Misiones religiosas jesuítas retomaron los antiguos itinerarios  que conectaban la Sierra con la Amazonía.  Desde Quito partían por los valles  del Coca y del Napo; desde Ambato por la senda trazada por el rio Pastaza, desde Loja por el valle del Chinchipe  hasta el rio Marañón.

Aspiazu, al Presidente García Moreno le atribuye la verdadera transformación vial en 1.862 con el plan vial que concibió numerosas carreteras a lo largo y ancho del país y el Ferrocarril Guayaquil Quito. La ejecución de este ambicioso plan vial comenzó mientras ejerció el Poder; su asesinato truncó la terminación de las obras. Otros gobiernos continuaron; Alfaro concluyó el ferrocarril. (O)

 

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