Sugerencias comedidas a la AMT

Editoriales, Opinión

Por: Mario Fernando Barona Martes

 

Sin lugar a dudas, el trabajo de la Agencia Municipal de Tránsito de Ambato es ardua y muchas veces incomprendida. Pensar que tienen bajo su entera responsabilidad la gestión del tránsito vehicular en toda la ciudad, y que siendo al fin y al cabo una entidad relativamente nueva, es digno de admirar, además, porque al ser Ambato una de las ciudades del país con mayor densidad vehicular respecto al área urbana y con una topografía que poco ayuda para el efecto, definitivamente se vuelve una tarea “cuesta arriba”. Pero pese a todo, han salido adelante, tal vez no de forma excelente, pero tampoco deficiente, creo que han cumplido su rol en la medida de sus posibilidades.

Sin embargo, en mi calidad de conductor y peatón habitual de las calles de Ambato, respetuosamente propongo algunas consideraciones que “se ven desde fuera” y que a veces desde aquellas ópticas pueden aportar bastante:

1. Optimizar el control de sanciones. Se destinan agentes a sancionar vehículos estacionados en doble columna, sin embargo, dependiendo la calle aquellos no necesariamente anulan la vía, es decir el tránsito fluye igual que si no estuviera ningún carro parado en doble columna; no así en otros sectores como en la Av Miraflores, sentido norte – sur que desde las 18h00 se forman largas columnas de vehículos, muchos de ellos con la intención de girar a la derecha en el semáforo (hacia el Club Tungurahua) pero se ven obligados a usar solo el carril izquierdo -prácticamente desde el redondel- porque en el carril derecho basta un solo vehículo estacionado para anularlo completamente. Solución: prohibir el parqueo desde las 17h00.

2. Actuar con sentido común. A veces se destina más de un agente para una sola intersección, incluso con semáforo activo, (lo cual, dependiendo el sector, obviamente no es lo más óptimo); pero por si fuera poco, muy cerca a ellos se estacionan vehículos por largo tiempo -ahí sí anulando completamente una de las vías (caso Av Cevallos y Olmedo)- y los ven pero se dan por desentendidos, es decir lo permiten. Incomprensible, porque mientras tratan -se supone- de agilitar el tránsito en su esquina, a pocos metros consienten que se caotice.

3. No cerrar las vías. No es sólo mi parecer, he consultado muchas veces a innumerables personas y todas aseguran que no encuentran lógica alguna en cerrar una calle para que supuestamente el tránsito “fluya mejor”, todo lo contrario, se complica mucho más porque al cerrarla no solo anulan totalmente la vía que ya estaba saturada, sino que generan doble caos, atestando en seguida la otra vía que es por la que le obligan a circular a todos los carros. Antes de la medida había solo una vía complicada, con ella generan dos.

4. Pararse firme. El agente al dirigir el tránsito debe pararse firme, erguido, seguro. Hay algunos que confunden al conductor porque aparentemente están de frente deteniendo el tránsito, pero al mismo tiempo se giran, caminan, no están quietos, con su cuerpo nos dan paso pero con su mano nos detienen. (O)

 

Mail: mariofernandobarona@gmail.com

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