Sueños estudiantiles fortalecidos con la graduación

Carrusel

 

Los graduados vivieron inolvidables momentos al recibir su embestidura que les premia al esfuerzo diario del estudio, pero también marca el final de una etapa para iniciar otra. (Foto El Heraldo)

La incorporación de la décima segunda promoción del bachillerato nacional y la décima promoción del bachillerato internacional 2017-2018 fue el programa que desarrolló la Unidad Educativa ‘CEBI’ en el auditorio de la Universidad Católica Sede Ambato (Pucesa) a las 11:30 horas, ayer.

“Durante estos años de formación en el ‘CEBI’ se ha procurado transmitirles su filosofía, la cual se ha ido desarrollando con el pasar del tiempo, con experiencias vividas y destrezas adquiridas sin polarizaciones ni conveniencias. Nosotros defendemos abiertamente  ideas y valores claros. Es por eso que el establecimiento se encuentra en vías definidas del desarrollo, siendo el referente educativo de la provincia y del Ecuador”, dijo durante la bienvenida la rectora Verónica López Loayza.

El proceso de educar es la actividad propia del ser humano y nace de la necesidad intrínseca del hombre por sobrevivir. Educar  no es la actividad individual, siempre existirá una persona que transmite conocimientos a otra. El principio se fundamenta en la formación de la conducta y la espiritualidad. Con esta reflexión se espera motivar para que los jóvenes sientan la búsqueda insaciable del conocimiento como el mecanismo para llegar a un futuro mejor, señaló Rodrigo Naranjo, coordinador del Programa de Diploma del Bachillerato Internacional.

Se dio lectura al acta de proclamación de los nuevos bachilleres y luego se desarrolló la incorporación individual y colectiva ante la mirada atenta de los parientes de los estudiantes.

Se reconoció el mérito académico, deportivo, artístico, de espíritu cebiniano y mejores promedios estudiantiles. También se destacó el aporte de los docentes del Programa del Diploma que lograron altos promedios en sus asignaturas.

“Doy gracias a Dios por las bendiciones, a mis padres, al colegio con sus directivos y estudiantes. A mi mente llegaron sentimientos y recuerdos. Mi primer día de escuela cuando apenas cumplí cuatro años, mis compañeros de clase que con el paso del tiempo se convirtieron en grandes amigos. Un nuevo desafío espera por nosotros, pero no debemos temer al miedo, porque este nos agudiza, nos reta y nos hace más fuertes. Recordemos al dragón que llevamos dentro”, indicó Juan Diego Larrea, que intervino a nombre de los nuevos bachilleres. El programa estuvo matizado por intervenciones artísticas. (I)

 

 

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