Respeto a la bandera / Editorial

Editorial, Opinión

  Diferentes unidades educativas del país, volvieron a recordar ayer el Día de la Bandera, fecha cívica en alusión al respeto de los colores patrios que flamean en las astas, mismas que se encuentran en varias instituciones públicas y privadas en todas las provincias del Ecuador.

En 1860, tras un Decreto firmado por el entonces presidente de la época, Gabriel García Moreno, se dio realce a la importancia de tener una bandera con los colores insignes, siendo estos el amarillo, azul y rojo. Posteriormente, en 1955, el Congreso Nacional designó el 26 de septiembre como el Día de la Bandera Ecuatoriana.

 

La contemplación a nuestra bandera, históricamente, representa el sentido de pertenencia que tenemos en el territorio soberano, donde las buenas prácticas ciudadanas, conjugan el quehacer cultural donde nos desarrollamos y expresamos como seres libres.

Los colores patrios forman parte de una historia trágica de la república ecuatoriana que, durante años, por la conquista española y las atrocidades cometidas por altos comandos de la época, se violentó y se apresó la libertad de nuestros antepasados, hasta la independencia y liberación del pueblo ecuatoriano, mismo que adoptó el mestizaje, pero mantuvo su pensamiento de esperanza y lucha.

El juramento con la expresión del “sí juro”, va más allá de ese grito, acompañado del beso respetuoso a la bandera tricolor. Es un momento donde ratificamos nuestro compromiso de llevar en alto la nacionalidad dentro y fuera del país, manteniendo siempre la esencia del lugar de donde venimos y al que nos debemos como ciudadanos en una Patria libre y soberana. (O)

 

 

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