Todo es relativo nada es absoluto / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Alguien juró amarte hasta que la muerte los separe, pero a los 3 años de matrimonio te está siguiendo un juicio, amparándose en las leyes y te quita tu casa, el carro, la cama y la refrigeradora, obviamente con mucho amor.

Alguien, cuando te conoce por primera vez y observando que no has desayunado aún y son las 10 de la mañana, dice: que pena, pero si usted viviría conmigo tendría su desayuno en la cama y muy antes de salir al trabajo.

No es raro que, si eres divorciada o divorciado, pero un buen paquete económico-social, al principio de la relación le adoren a tu mamá, a tus hijitos, al michu y al scooby doo. Pero al pasar del tiempo, toda esa molestosa manada le estorba a tu dulce suspirito azul.

Has escuchado que te van a amar, respetar, querer, mimar hasta la victoria siempre, sin embargo, cuando la crisis, las arrugas, las canas y la pobreza rondan tu esquina, todo fue demagogia y populismo amoroso.

Cuántas veces nos hemos topado con una dama o un caballero de fino linaje, de delicado proceder, de tierna poesía, de atento saludo, que luego de haber obtenido lo que quiso se convierte en un espécimen primitivo y cavernario.

Recuerda la hipócrita primera cita; entonces la parejita estuvo muy arregladita, peinadita, bañadita, perfumadita, con sus mejores ropajes y abrigos; luego de haber formalizado la relación lo recibe con chancletas, rulos, todo un espanta pájaros. Obviamente es así hasta que consigue una nueva relación a quien impresionar.

Cuando usted conoció a su parejita aparentaba ser muy culta, estudiosa, aplicada, laborosa, industriosa, hacendosa, afanoso, aplicado, cariñoso, tierno, romántico y polifacético; después del matrimonio o unión libre se convirtió en un troglodita, glotón y cavernícola tragón.

Supongamos que todo es relativo. Luego al parecer nada es absoluto. Si nada es absoluto tampoco lo son las palabras “todo es relativo”. Luego no todo es relativo. Por lo tanto, hay cosas que son absolutas. Si hay cosas que son absolutas, entonces sí que puede haber cosas que son relativas.

Lo importante es, no creer en todo lo que parecer ser, puesto que la cultura popular dice: escobita nueva barre bien, que te compre el que no te conozca, a otro con ese cuento y lo que dice mi madre, todo bonito hasta que se comen la presa. (O)

 

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