Reducir la obesidad estatal /Editorial

Editorial

Tanto se ha insistido, a lo largo de los últimos años, sobre la necesidad de reducir el crecimiento exagerado del tamaño del Estado, en base a la contratación de los denominados “pipones”, que son aquellas personas que acceden al gobierno central, con sentido  clientelar, que no cumplen tareas que  sirvan para impulsar acciones tendientes al desarrollo del país.

En los regímenes autoritarios y dictatoriales se crean fuerzas pretorianas para atacar y destruir a los supuestos “enemigos”  de la revolución, a aquellos personajes que expresan  sus opiniones críticas a las desatinadas decisiones de  estos gobernantes. Los grupos sociales no pueden exteriorizar el descontento popular  porque los “matones” contratados reprimen con tal fuerza que llegan hasta a matar gente.

Para vergüenza de América latina tenemos dos muestras en Nicaragua y en Venezuela.  En el gobierno anterior actuaron estas fuerzas de choque para varios atropellos, como el desalojo de cincuenta y siete diputados que se opusieron a la convocatoria de la Asamblea Constituyente del año 2.008.

Entre aquellos 75.000 contratados ocasionalmente y nombrados provisionalmente que anuncia del Ministro del Trabajo, que cuestan al país 2.000 millones de dólares, pueden haber algunos de los “pipones”. Antes de convocar a concursos de méritos, lo prudente será analizar, a fondo, para qué funciones fueron contratados y si son necesarios y útiles en la actualidad.

Lo importante es eliminar gastos innecesarios en burocracia y en otras áreas de la administración pública, ante la indispensable austeridad que requiere Ecuador para superar la crisis moral y económica heredada. (O)

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