Quito: Arte de la luz convierte, caleidoscopio de imágenes y movimiento

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La presentación inaugural, de casi diez minutos, ha concluido con un destello de fuegos de artificio sobre las torres de la iglesia, que han envuelto de encanto la plaza y maravillado a los miles de visitantes. (Foto EFE)


Quito,  (EFE).- El arte de la policromía ha convertido al centro colonial de la capital ecuatoriana en un caleidoscopio de imágenes en movimiento, durante el «Festival de la Luz» que se ha inaugurado hoy y que ha pintado con luces de colores varios de sus más emblemáticos edificios patrimoniales.

Se trata del tercer Festival que organiza el Municipio de Quito, en el marco del programa denominado «Verano de las Artes», y cuya atracción principal es el esplendoroso espectáculo de colores y sonidos con los que se adornan varias iglesias y otros sitios de la ciudad.

El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, inauguró la megaexposición al aire libre, que estará abierta al público en las noches hasta el próximo domingo.

El espectáculo ya se ha posicionado en el acervo cultural de los quiteños, pero también se ha convertido en un imán para el turismo nacional y extranjero.

Según el alcalde, se espera que en esta edición visiten el centro colonial de Quito más de 2,2 millones de personas y se genere una dinámica económica por unos 17 millones de dólares.

La inauguración ha sido sublime, en las paredes de la iglesia de San Francisco, junto a la plazoleta del mismo nombre que ha sido testigo histórico de disputas políticas y sociales, pero que ahora ha atestiguado el fulgurante sonido de la luz.

Ahí el artista francés Laurent Langlois ha convertido a la fachada del convento en un lienzo con los paisajes de Quito entre nubes y cóndores, para dar paso a un resplandeciente sol Inca y a la historia de Cantuña, aquel albañil que pactó con el diablo la construcción de la iglesia y al que burló con la picardía de su ingenio, según cuenta una leyenda.

«Hermoso» y «grandioso» fueron las palabras más escuchadas entre los curiosos.

En Santo Domingo, una plaza ubicada a unas cuatro cuadras, las paredes de la iglesia del mismo nombre evocaron las maravillas naturales de varias regiones de la patria, especialmente de los Andes y la Amazonía, pero también de los pueblos indígenas y las distintas culturas del país. (I)

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