Política y mitología / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

Para explicar el origen de mitos se han propuesto diferentes sistemas. Según la interpretación alegórica de los filósofos jonios, los dioses eran la personificación de elementos, fuerzas físicas o ideas morales.

El patriota mitológico, cómodamente establecido en una mansión campesina, es tentado o procede voluntariamente, o es conducido hacia el umbral de la aventura política.

El personaje mitológico puede derrotar o conciliar este poder y seguir vivo en el reino de la penumbra. Entonces, viaja a través de un mundo no familiar, sin embargo de fuerzas extrañas íntimas, varias de las cuales le amenazan severamente, otras le proporcionan ayuda casi mágica. 

Cuando él llega al ruedo de política mitológica, pasa por una prueba suprema y gana su recompensa. El triunfo puede ser representado como la unión sexual del político con la diosa de su país, el reconocimiento del padre que lo creó, algo de divinización, o algo de lo nuevo –si los poderes han permanecido nada amigables- el robo del beneficio que vino a ganar; intrínsecamente, es la expansión de la conciencia, por consiguiente del ser.

El trabajo final es el regreso, el retorno. Si los poderes mitológicos han bendecido al político, él se establece bajo su protección; sino él huye, es perseguido.

Al regreso atesora los poderes trascendentales que permanecen detrás. El político mitológico resurge desde el imperio del temor.

Mucho de él ha sido enterrado por el valor de la leyenda. ¿Cuánto le ha costado y cuán consciente del costo está él? ¿Cuál de sus ilusiones han sobrevivido? ¿Qué pasaría si las dejaba ir? Muchos quisiéramos saber cómo es atravesar ese mundo.

Quien escribe estas líneas, modesto trovador de caminos, sólo puede agregar: Me doy cuenta que ésta no es una materia de la que se pueda hablar larguras. Pero, realmente hay allí algo de los personajes que han sobresalido en la vida de los pueblos. Por su iluminación extra humana, lo que los terrenales llamamos honestidad y patriotismo…Muy pocos, pero los han habido. 

He intentado explorar el recorrido o el naufragio de la existencia del patriota mitológico “ecuatoriano” … el naufragio y no la historia del naufragio. La cosa misma y no el mito. (O)

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