¡Otra vez lo mismo de siempre, hasta cuándo! /  Mario Fernando Barona          

Columnistas, Opinión

                               

Lo de siempre. No terminamos de lamentar la muerte de decenas de pasajeros de un bus hace una semana, y ya tenemos que volver a acongojarnos con la noticia de otro, igual con la pérdida de valiosas vidas. Así, como si fuera algo arraigado en nuestra idiosincrasia, en el Ecuador de cuando en cuando son noticia de primera plana fatales accidentes de tránsito en los que por lo general están involucrados choferes profesionales. Y lo de siempre: ¿Hasta cuándo?

 

Ofrecieron las autoridades hace algunos años instalar un dispositivo mecánico que evite acelerar más del límite de velocidad en carretera. Pero nada. Después dijeron que el control iba a ser a través de un monitoreo satelital en tiempo real, que al ser tan avanzado, apenas una unidad de transporte público en cualquier lugar del país excediese la velocidad máxima permitida, se encendía una luz de alarma en el tablero de control. Tampoco, nada.

 

Por lo general, después de un accidente que deja muchas víctimas se disparan diversos protocolos mediante mesas consultivas, reuniones de alto nivel, acuerdos nacionales, revisiones mecánicas exhaustivas, etcétera. ¿Y qué creen? Nada.

 

El Estado a través del gobierno nacional debería tomar al toro por los cuernos y dejarse de una vez por todas de engañarse y engañarle al país con paños tibios y un montón de acciones infructuosas. Todo el mundo sabe que el único y verdadero problema del increíble índice de siniestralidad en el Ecuador es la falta de cultura al volante, que por más elementos tecnológicos o dispositivos mecánicos que se instalen, si no hay conciencia de respeto al conducir un vehículo, en la práctica no servirán de nada. Súmele a esto (que de por sí ya es gravísimo) las incontables denuncias de entrega de licencias profesionales bajo un esquema mafioso en el que sólo habría que pagar -por debajo- para obtenerlas, sin pasar ningún examen ni escrito ni práctico.

 

Por otra parte, se debería de alguna forma premiar, así mismo, el historial limpio de aquellos conductores profesionales responsables, y castigar más severamente a los infractores consuetudinarios, a esos que por tantas infracciones ya terminaron sus puntos o les quedan muy pocos, y que son, por desgraciada coincidencia, los protagonistas de los fatales accidentes, pero siguen conduciendo.

 

El país ya no puede tolerar ni un solo accidente más. Hay que tomar acciones determinantes, decisivas y definitivas. Se debe terminar con la estructura de poder del transporte en el Ecuador, porque mientras tengan poder, seguirán haciendo y deshaciendo a su antojo, y nadie más que el Estado puede intervenir directamente para hacerlo. No es tarea fácil. ¿Quién ha dicho que desactivar una bomba es pan comido?

 

Ya basta. Presidente Moreno, usted tiene la oportunidad histórica de ser recordado por muchas generaciones como el gestor político que desmontó un sistema corrupto que mata gente en las carreteras; como el presidente que dejó en el ayer la típica frase: ¡Otra vez lo mismo de siempre, hasta cuándo! (O)

 

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