MARÍAS, CIRINEOS Y Verónica / Gabriel Morales Villagómez

Columnistas, Opinión

El Viacrucis del Ecuador, hoy sigue teniendo un significado de peregrinación, infortunios y de esperanza.
Los ecuatorianos avanzamos en nuestro caminar en medio de tristezas y alegrías, de triunfos y fracasos, de caídas y de levantarnos todos los días para seguir adelante.
Nuestras caídas son dolorosas, caemos como el niño que empieza a dar sus primeros pasos o como el anciano olvidado, que carga con la cruz de la discriminación de la sociedad y el abandono de sus hijos.
Pero a nuestro paso por la vida también encontramos personas solidarias que nos extienden la mano, rostros dolientes, sudorosos, agostados por el sufrimiento, que nos llenan de consuelo, que nos ayudan a levantarnos.
Ecuatorianos solidarios, valientes y bondadosos, que con su sacrificio, su trabajo y su lucha cotidiana nos ayudan, secan nuestras lágrimas, curan nuestras heridas, nos socorren, asumen nuestros dolores como suyos y caminan junto a nosotros, alivianando nuestro sufrimiento, ellos son nuestros cirineos.
En nuestro peregrinar encontramos muchos cirineos y verónicas, ellos tienen la forma y el rostro de nuestros seres queridos: son nuestros padres, nuestras madres, nuestros hijos, nuestras esposas y esposos, los compañeros de trabajo, nuestros vecinos, nuestro prójimo; son quienes sin esperar nada a cambio, nos fortalecen y nos socorren cuando hemos caído.
Junto a Jesús de Nazaret y junto a ellos, vamos escribiendo nuestra historia, la historia de nuestra vida. Avanzamos en medio de aflicciones, luchando contra un sistema injusto, gobernantes indolentes y corruptos que nos oprimen y restringen nuestras libertades.
El modernismo y la tecnología nos convierten en seres insensibles; hay personas que han sido desbordadas por el poder y el dinero, que tuercen la ley e irrespetan nuestros derechos, así como lo hizo Poncio Pilato.
¡Señor Jesús! a nuestros hijos se les restringe la educación formal y se les impide acceder a las universidades. A nuestras esposas y esposos se les ha despedido del trabajo. El acceder a la salud para los enfermos se ha convertido en un verdadero Viacrucis. Han quebrado la seguridad social. A nuestros viejos se los desecha condenándoles a recibir pensiones miserables.
Existen formas de violencia y de discriminación en contra de la mujer. ¡Sí!, las mujeres sufren violencia intrafamiliar y hasta las desaparecen.
Así como en los días de la Pasión de Cristo, ahora también hay jueces y maestros de ley que sucumben ante el poder mediático y se han aliado con los poderosos. Hay quienes juzgan y condenan a inocentes.
Pero nosotros también hemos sido injustos y cómplices del dolor de nuestros hermanos, hemos hecho el menor esfuerzo por alivianar las cargas de los demás, hemos sido conformistas, hemos tenido miedo de enfrentarnos al poder del gobernante insensible, hemos permanecido indiferentes ante el dolor de los que sufren.
Nuestras cruces han sido cruces de dolor, pero también de amor y alegría, nuestra lucha es cotidiana, debemos ir venciendo los sufrimientos y las dificultades, hasta conseguir una Patria más justa, en dónde nuestros hijos puedan vivir en paz y puedan tener días mejores.
Señor Jesús, los ecuatorianos queremos y vamos a resucitar contigo, dejando atrás las injusticias y la desesperanza. Junto a ti Jesús, nuestra Patria va a salir adelante. Juntos resucitaremos vencedores por encima de las dificultades y de la muerte.

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