Lo que nos depara el 2019 /Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión




Cuando algo comienza, siempre semb,aramos expectativas. Al sentarnos en la sala de cine, al empezar un nuevo año en la escuela, al iniciar un nuevo trabajo, al conocer a una persona, en fin, todo es expectativa al inicio, esa es nuestra esencia, los humanos siempre esperamos que las cosas sucedan de tal o cual manera.

Con mucha más razón el inicio de un nuevo año. Hoy, 1 de enero del 2019, es particularmente un día especial porque iniciamos lo que será el escenario para que sucedan en nuestras vidas un millón de cosas durante los 364 días que restan. Sabemos de antemano que tendremos que saborear tragos dulces y amargos, sabemos que habrá quien nos deje y también quien nos alegre con su llegada, sabemos que lloraremos y que también reiremos. Lo que muchos no entendemos es que se nos ha conferido el poder de canalizar esas expectativas para nuestro provecho y bienestar, aunque a veces no sabemos cómo hacerlo.

No podemos profetizar con exactitud lo que ocurrirá en determinados aspectos, pero sí podríamos aventurarnos a señalar, por ejemplo, que durante este año en la región, Venezuela seguirá de mal en peor y que quizá el gobierno narcodictador de Maduro finalmente caiga presa de sus propios errores. Aquí en el Ecuador tampoco es difícil pronosticar que seguirán saliendo a la luz más casos de corrupción durante la nefasta época correísta, aunque resulta bastante más complicado hacerlo con el futuro del gobierno morenista, que con una de cal y otra de arena, ha sembrado un camino de incertidumbre en el corto y mediano plazo. Se vienen elecciones seccionales en el país, y solo espero que la ciudadanía haya evidenciado la calidad de gobernantes del anterior Régimen, a quienes como muestra de rechazo y repudio, deberíamos sepultarlos en las urnas.

Con estos pocos ejemplos en el campo político, podríamos canalizar nuestras expectativas particulares de inicio de año en acciones concretas que terminarán beneficiándonos a todos directa o indirectamente. El solo hecho de restar poder (con el poder del sufragio) a quienes nos engañaron y robaron, ya es bastante, ese solo cambio ya pronostica mejores días para el Ecuador durante el 2019.

Construyamos desde nuestra pequeña trinchera un año lleno de bendiciones y armonía, que sea el progreso la tónica general y la marca distintiva del nuevo país. (O)

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