Ley de Comunicación   / Editorial

Editorial, Opinión

Se ha anunciado, desde fuentes oficiales, que en estos días serán enviadas a la Asamblea Nacional las  tan esperadas reformas a la Ley de Comunicación. Ha demorado, inexplicablemente, mucho tiempo para concretar esta oferta de campaña, a pesar de la presión de la ciudadanía y de los propios Medios de Comunicación Social.

Desde que fuera elaborada y puesta en vigencia esta ley en el gobierno anterior, ya se formularon serios reparos  fundamentados por la serie de  ventanas que se dejaba  abiertas para abusar del poder, tanto que ya se la calificó de ley mordaza que habría de ser  permanente fuente de    violación a los derechos humanos, como así aconteció en el día a día con un capataz digno del autoritarismo de la época.

Varios temas deben abordar las reformas anunciadas, la principal que aparece es la supresión de la Superintendencia  desde la cual se persiguió  a los Medios de Comunicación,  se atropelló y ofendió a los  comunicadores sociales sin consideración elemental alguna.

Además, debe tomarse muy en cuenta lo  que es un Medio de Comunicación en su esencia y en su naturaleza,  es un derecho natural de las personas, de las familias que, como es obvio imaginar, necesitan tener información. No pueden ser medios públicos dependientes  u  obedientes de un gobierno.

Que se sancione, cuando fuere el caso, por parte de  jueces independientes, y no por órganos administrativos, como aconteció en la década perdida . Que pronto la Asamblea Nacional apruebe las reformas. (O)

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