Las conclusiones del G20 en Argentina 2018 / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2018 se realizó en Buenos Aires – Argentina la decimotercera reunión del G20, siendo la primera vez que se la organiza en un país sudamericano.

Este foro permanente constituye el principal espacio de deliberación política y económica a nivel mundial, pues reúnen el 66 % de la población del planeta y el 85 % del PIB Global. Está conformado por la Unión Europea y 19 naciones: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. 

Un invitado permanente a las reuniones es España y en esta ocasión dado que el país anfitrión puede elegir otros participantes, la Argentina invitó a Chile y Países Bajos.

La instancia más importante es la Cumbre de Líderes. Complementariamente el G20 cuenta con la participación de la sociedad civil, a través de los llamados grupos de afinidad: empresarios, ONGs, sindicatos, científicos, institutos de investigación, organizaciones feministas, así como organizaciones juveniles.

En esta reunión se produjeron situaciones diversas, como el hecho de que Estados Unidos marcara una vez más su diferencia con el resto del Grupo, reafirmando su decisión de salirse del Acuerdo de París, lo cual no deja de inquietar pues el tema del medioambiente es cada día más crítico.

Como contraparte hubo una nota positiva relacionada con las tensiones comerciales entre ese país y China, cuyas pláticas sostenidas durante el evento permitieron fijar una tregua de 90 días para negociar una solución a las diferencias comerciales.

El documento final firmado por todos los miembros tuvo como título «Construyendo consenso para un desarrollo justo y sostenible», incluyó 31 puntos sobre asuntos relacionados con el comercio internacional, el cambio climático y la protección del medio ambiente, el cambio tecnológico y la lucha contra la corrupción, además de objetivos en educación, salud, igualdad de género y protección laboral. 

Resulta interesante conocer sobre la intención de reformar la Organización Mundial de Comercio, así como sobre definir un plan de acción contra la corrupción y el conflicto de intereses para los próximos dos años.

En cuanto a la deuda pública el documento busca hacerla sostenible y fortalecer la seguridad financiera mundial a través de la revisión de los programas y la política de límites de deuda del Fondo Monetario Internacional.

En lo relacionado al trabajo, se habla de promover la formalización laboral y sistemas de protección social fuertes, así como implementar acciones para erradicar el trabajo infantil, el tráfico de personas y la esclavitud moderna.

También reiterar el compromiso de implementar el acuerdo de París para el cambio climático, y a pesar de la postura de los EEUU, lograr sistemas de energía más limpios. (O)

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