¡EN  EL CENEPA!

Editoriales, Opinión

Gabriel Morales Villagómez
Es difícil sacar de la memoria imágenes y vivencias tan emotivas de los días que vivió el Ecuador en la Guerra del Cenepa, en enero de 1995.
Uno de los recuerdos que estremecen y que conmueven hasta las fibras más íntimas, es el recibimiento dado por el pueblo de Tungurahua a sus dos héroes, el héroe pillareño Héctor Efraín Pilco Chango y el héroe ambateño José Luis Urquizo Chango, jóvenes caídos en el campo de batalla que ofrendaron sus vidas en la defensa de la soberanía ecuatoriana, en Alto Cenepa.
A su recibimiento se volcaron a la calle autoridades eclesiásticas, civiles y militares de la provincia, estuvo la ciudadanía, niños y jóvenes orgullosos de sus héroes, contagiados de una efervescencia de unidad nacional, de civismo y de amor a la Patria.
La calle en silencio, estudiantes flameando la bandera tricolor, banderas de Tungurahua-Ambato y de Pillaro, flores, honores, valor y llanto. Los héroes inmolados arribando a su lugar natal, homenajes, despedidas, un cortejo cívico militar, bandas castrenses estremeciendo con sus himnos marciales, entonando “Paquisha” y las bandas municipales, marcando el recuerdo indeleble en nuestras mentes, arrancando lágrimas al entonar “El altivo ambateño” y “Linda Pillareñita” …-“No me olvidaré de ti tierrita linda” … “Junto a mis hermanos a la guerra voy a partir, a curar la herida que causó el invasor”- Imposible contener las lágrimas y los ayes tan sublimes, tan sentidos, como el fervor patrio vivido en esos días.
En nuestro recuerdo queda gravado el 26 de enero de 1995, fecha en la que se intensificó la guerra ante la invasión peruana.
En el Cenepa se cubrió de gloria la Patria, victoria para el Ecuador. Gesta histórica en donde se llenaron de honor, valor y gloria las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, que se vieron obligadas a desalojar a soldados peruanos de un helipuerto que habían construido en territorio ecuatoriano, en la cordillera del Cóndor.
Sixto Durán Ballén fue presidente del Ecuador en ese entonces y comandó la gesta del Cenepa, su frase célebre: ‘Ni un paso atrás’ fue arenga de valor y de moral para todos los ecuatorianos. Paco Moncayo fue comandante General en el campo de operaciones, José Gallardo Ministro de Defensa, coronel Luis Hernández, mayor Raúl Banderas y otros cientos, miles de soldados y compatriotas que defendieron la integridad territorial.
Siempre permanecerá en nuestras memorias la Brigada de Selva 21, los destacamentos Tiwinza, Cóndor Mirador, Soldado Monge, Teniente Hugo Ortiz, Etza, Base Sur, Coangos, la Y, la Cruz; el grupo Shuar-Achuar, que conformaban las guerrillas Arutam, los Iwias (población militar nativa) que sirvieron al país en la defensa territorial.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana se constituyó en esos días en la mejor fuerza aérea de Latinoamérica, probada en combate. El Ala de Combate Nº 22 y el entonces mayor Banderas, piloto del Mirage F1, que lideró al escuadrón que interceptó a dos aviones Sukhoi SU-22 y a una nave A-37 de la Fuerza Aérea Peruana y los derribó en la selva.

El patriotismo se construye con amor a la Patria, con esfuerzo, con trabajo, con honradez, con respeto a las leyes, no con ideologías alienantes, doctrinas perversas y discursos huecos.

¿Quién ha dicho que recién tenemos Patria? ¡Siempre hemos tenido Patria! Jamás se deberá desmerecer las campañas heroicas como la del Cenepa, Paquisha, Jambelí y otras gestas extraordinarias de amor al Ecuador.

Que nunca más se pretenda socavar y politizar a las Fuerzas Armadas y romper la unidad nacional.

El País y Tungurahua no olvidan a sus héroes José Luis Urquizo Chango y Héctor Efraín Pilco Chango, jóvenes caídos en la batalla del Alto Cenepa.

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