El Prioste Mayor protagonista de celebración religiosa

Interculturalidad
Comparsas, carros alegóricos, bandas de pueblo y bastoneras participaron en el tradicional desfile. (Foto El Heraldo)

Desde las primeras horas de la tarde, del martes 15 de enero, en el sector de la Atarazana-Picaihua hay movimiento inusual. Decenas de jinetes vestidos con atuendos que representan a la Escuela de Caballería que se movilizaron por el sector.

Mauricio Palate Sailema, es el Prioste Mayor. Su padre Manuel Palate Criollo, explica que la devoción a San Isidro Labrador, patrono de Picaihua, motivó a su hijo a inscribirse en primer lugar y ser designado como capitán de las festividades. “Es una especie de agradecimiento y acto de devoción”, puntualiza.

El Prioste Mayor, junto a otras personas, es el encargado de ‘pasar la fiesta’. Jenny Santamaría regresa todos los años a Picaihua para ser parte de las fiestas del patrono de la parroquia. La mujer de 35 años de edad felicitó la organización, porque las celebraciones tradicionales no deben desaparecer.

El priostazgo de acuerdo con el libro de Simbolismo y Poder: un estudio antropológico sobre compadrazgo y priostazgo es una estrategia ritual de poder. El simple hecho de ejercer el cargo es un modo de comunicar a la comunidad que  está en posesión de recursos económicos y sociales suficientes para invertir en las fiestas.

Incluso otros escritos señalan que se ha convertido en una forma de exhibir ante familiares y conocidos el progreso económico. No obstante, para Manuel Palate Criollo se trata más de una forma de agradecer y de cumplir promesas.

Para muchos puede representar un gasto en vano; sin embargo, otros aseguran que se trata de una costumbre arraigada en la comunidad, que se realiza en honor al patrono San Isidro Labrador. (I)

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